¿CÓMO ESTÁS? (20)
¿Cómo estás mi tesoro?, ruego a mi Rey porque continúes
saliendo de todo mal y que vuelvas a éste camino de poesía, es lo único que nos
une.
No sé de imposibles, el amor es una conexión celestial y no
importa el medio, continúas en mis versos de la manera que pueda expresarlo.
Escribiré en los pétalos blancos de las flores lo que tu
imagen me inspire, sin pretender más nada, sólo rogar una sonrisa a tu rostro y
que seas muy feliz.
Ahora todo es sanación, estamos en tiempo de perdón, de
avances como seres humanos; la gente piensa en la naturaleza, en las flores, en
el amor al prójimo, sin ver más allá de un color, ésta estupidez que tanta
muerte y dolor ha causado, porque la ignorancia fue la siembra que el arrogante
hizo en sus hermanos.
Te diré que todo está mejor, alguien trabaja por mí unos
días, prepara mis alimentos y pone brillo a los cutes viejos, alguien labora
para que pueda descansar y mis fuerzas se recuperan a gran velocidad; luego
podré verte, será como tocar a mis estrellas, ha de ser como ese día primero
del único beso que nos hizo palidecer y temblar las piernas.
La mañana está fresca, ha pasado veloz, pero mis dedos se
mueven; se dobla el mismo dedo del corazón, pero ya no hay dolor y decido
esperar a mañana, a otro día con la esperanza de una tarde florecida entre tus
brazos.
Desde aquí veo tus obras verdes, esos paisajes que llenan
tus horas y segundos; desde aquí adivino tu inquietud, ¡pero todo pasará!, será
escuchar el pulmón del mar, ver a las olas subir y bajar, luego la marea
reposará y Él dormirá un poco, nos hará cerrar los ojos para que luego un
madrigal nos despierte cantando en el más elevado árbol y la poesía penetre
dentro de la piel y nos haga brindar porque llega la tarde, y se acercará luego
la noche, con sus bendecidos luceros brillando para nosotros.
Raquel Rueda Bohórquez
12 7 16
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