viernes, 10 de junio de 2016

ERES MI PRIMAVERA (39)

ERES MI PRIMAVERA (39)

Quiero que estés arriba, abajo, o por todos los lados; y te diré qué hay más arriba, aunque sé a quién te diriges en realidad, sólo espacio, nubes y más nubes y muchos soles; más luz y estrellas muertas, pero yo estoy aquí viva y deseando que estés en todos mis costados y caminos, que beses mis laderas que pronto se vencerán, que toques los viejos senderos donde el amor no ha podido entrar.

Te intriga lo místico igual que a mí, pero hay que esperar a no estar aquí para saber qué nos esperaba en ese más allá de la fortuna o de la mala suerte, porque habrá sido el final de nuestra película tan llena de colores vivaces y de sueños nítidos, por eso  aprovecha de éste amor que no se finge, que aletea ante tus ojos, que por capricho de la primavera, parecen hojas verdes.

Ahora está lloviendo, deseábamos con ardor el invierno, porque todo parecía desear el beso del cielo. Es maravilloso ver mis plantas floreciendo aún tan pequeñas; el lodo que habían echado sobre mí, Él lo ha limpiado, cada espina sacó sin que me diera cuenta, y me dio el don de amarte sin esperar de ti nada.

Siempre que escucho una melodía, imagino al músico o al poeta, al compositor con su pentagrama ideando sonidos que por obra de magia llegaban igual que la poesía. Nada es nuestro, todo está dentro de nosotros para que salga fuera y el mundo se llene de primaveras.

Es verdad, escucho Chopin con su Primavera, imagino que estaba tan enamorado de la vida como yo, aunque desde aquí los paisajes están lejanos, pero en ésta pantalla he visto los más divinos y hasta puedo tocar sus aguas y descubrir el olor de cada flor.

Cada vez que te veo o te adivino, parezco una amapola; un algo renueva mi vida, es como si la juventud tornara y me abrazara con su sinfonía; es amor, estoy segura de que así es el amor, es como una pequeña llama que nos quema por dentro y nos arde en la mirada, y todos se dan cuenta de esa sonrisa rara en el rostro.

Siempre habrá una flor por ahí en soledad, y siempre llegará por esa razón del azar, el colibrí que hará estación en sus pétalos, y se inflamará de amor ante la miel guardada.

Así estoy ahora, así pienso en ti, pero a veces imagino que el amor también duele cuando está lejano. Ha de ser que mi amado inventó la poesía para que nos acompañemos y seamos en el viento uno solo, sin tocarnos siquiera, pues el pensamiento vuela, tiene alas de cristal enormes que nos abrazan y nos llevan tan lejos como sea el infinito, y tan cerca, que si cerramos los ojos, ya nos juntamos.

Raquel Rueda Bohórquez
10 6 16 

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