LO DIVINO (64)
No tiene el mirlo,
Los colores del guacamayo;
Cada uno nació con diferente belleza.
El uno agrada a la mirada,
El otro, al oído.
Jamás cantará una guacamaya
Como un mirlo.
Pero un mirlo,
Tampoco tendrá la belleza de sus plumas.
La esencia de los dos es la misma:
Agradar al hombre,
Y esa rara manifestación
No es si no,
Lo divino obrando.
Raquel Rueda Bohórquez
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