Un mirlo, todos lo conocemos, parecen ocres sus plumas,
tiene pico de oro y patitas de fuego, está sobre una espiga llena de flores,
semejan versitos de madre, y aroma todo si su pico abre, luego el mundo se
llena de amor ante su voz, y el bosque se hace pequeño ante su presencia.
MADRE (63)
Eres el mirlo
Que pone a mi alma
Esas plumas pálidas,
Para que la aurora
Escuche tu canto,
Y el ruido sea,
Como el sereno
Sobre las flores.
Raquel Rueda Bohórquez
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