FAROS (53)
Para mí, es una luz simplemente,
Donde la elocuencia de la fugaz energía
Recita un soplo a la esperanza.
Faro entre el oleaje espeso de la mar
Engañando a peces inmensos
Que lo siguen sin freno ni rienda,
Hacia la playa donde los remos no sirven,
Y la carne queda fría con los ojos quietos.
Eres el atalaya que busco, ¡tú mi amor!...
En tu mirada sería la gata nocturna,
En tus ojos el búho a contemplar
Para en tu luz prendida estar
Y poder al fin de placer
Ser la luna que se cuela en tu altar.
Un faro en la estación del tren:
Hasta aquí llegaste, o desde aquí te vas.
Un nacer y resucitar, siempre con la maleta a cuestas
Y la cruz de tus brazos abiertos
Al iniciar a caminar.
Un faro, luz al fin.
Metáfora de la vida
Que en un apagar se va,
Y en un encender regresa.
El faro es la esperanza del ciego,
Es el motivo para el caminante,
Es el señuelo que atrapa tu amor en mí
A donde vuelo y me arrimo,
A donde me cobijo después
Rendida en mis cansancios,
Agotada de tanto querer.
Tú mi faro encendido.
Tú, mi principio y fin.
Raquel Rueda Bohórquez
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