LUZ (53)
¿Tanto miedo nos produce la oscuridad? ¿Por qué?
Entre más oscuro, las luciérnagas estarán más felices
Y las estrellas se verán más muertas...
Asunto de luz; cuestiones de Dios...
Pero nosotros pagamos el recibo.
Tanto brillo para no sentirlo en un parpadeo,
Más es la razón cierta que nos mantiene despiertos.
Un descanso siempre es negro, ¿por qué será?
Es ahí donde nos volamos de la vida
Y nos ensayamos a morir.
Es como si un algo nos dijera que no tengamos miedo,
¿A quién no le gusta olvidarse de las angustias?
Un largo sueño, en el piso frío, si hace calor,
Con una suave almohada,
Perdidos en ese túnel de mi compadre,
/A él le gusta húmedo,
Porque puede resbalar su carne y sentirse vivo,
Pero a mí, me agrada olvidar por ratos, que existo,
Con la diferencia de que al cerrar los ojos,
Un demente sin cuerpo se posesiona en mí
Y se bebe mi energía,
Para despertar con más ganas de dormir,
Pero despierta, ¡ojalá se pudiera!...
¡Siempre vivo pendiente de esa luz!,
No quiero nada de oscuridad;
Tengo miedo desde niña;
Me acosan esas sombras
Que parecen monos de colores, y ríen de mí, /no puedo
orar,
Hasta se enredan mis palabras
Y un padrenuestro parece eternidad.
¿Por qué a mí?, no comprendo y espero,
Así con mansedumbre,
A que se encienda en esos corazones de roca,
Esa pequeña lámpara de luciérnaga,
Y todo este dolor se vaya,
Nos vayamos muy lejos de aquí,
En donde escuche pajaritos de monte
Y los vea anidar entre pinos silvestres,
Oliéndole a la vida un poco de paz
Y vislumbrando una cálida mano
Acariciando la mía.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 5/16
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