martes, 20 de octubre de 2015

LOBA [36]

LOBA [36]

Y de mi boca en lozanía
la sed profunda de tu amor.
Viejo tormento, llano hambriento:
¿A quién entregaste lo que amaba yo?

Una pesadilla dibujó esteros en mi carne,
animales gordos bebían de mí, hasta secarme.

Corría, miles de siglos fui perseguida,
y ese toro gordo de Bazán casi me arrastra
como paloma herida entre sus cuernos,
que más que herirme,
¡de amor me mataría!

Recuerdo del ayer a un caballo bayo
¿En dónde su altanera estampa se pasea?
Tristes lamentos confundían mi sombra,
¿o era tu sombra la mía?

Parezco un valle cuarteado.
Aquí se bebió la tierra mi sangre,
fueron buitres quienes dijeron amarme
para dejar mis huesos al aire libre.

¡Jajajaja!, mi sonrisa, río de ella,
es tan falsa como el verdadero amor
y  tan cierta como la hipocresía.
Vagando voy, triste y desnuda,
mis harapos huelen a tu carne fresca.
Eres tan méndigo como yo de amor,
que nos arrastramos sin pereza
y nos revolcamos sin Clemencia.

¿Viste ahora?
Al menos tú fuiste sincero
y te desahogaste en mí.

Yo, cortesana desnuda en medio de tus ojos,
de éste amor que confunden con pecado,
poco a poco entre tus dedos sucios
como una santa me vi.

Camino oscuro, pesadilla de 24 lunas:
¿Quieres ser mi sol, para formar un eclipse?

¡Muérdeme!, ¡aspírame!, ¡chilla en mí!,
que parezco loba hambrienta de carne
y toda la tuya,
¡es para mí!...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 20/15



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