lunes, 19 de octubre de 2015

EL PERDÓN [43]

Mi amor más grande, mi madre

EL PERDÓN [43]

El perdón es la única droga que sana el alma y revitaliza el cuerpo, 
ya que odiar envenena, y va contra la ley Divina.

Amor es la medicina fabricada por mi Señor, 
estoy tomando mucho de ella para curar toda herida.

Los invito también, todos somos pecadores, 
pero estamos aquí porque debemos sanar antes de partir.

El perdón es siempre una mano extendida, 
parece una madre cuando su hijo ausente 
aparece después de muchas lunas.

Es un brillo en la mirada, 
ahí  las estrellas se pueden tocar en tus ojos, 
y traspasar a los de otros.

Si guardamos rencor, siempre estaremos alimentando a esa cobra venenosa que se quiere apoderar de nosotros, luego enfermaremos, seremos un rostro feo porque estaremos siempre hablando mal de otros, y nos carcomerá como un  cáncer, nos hará decir y hacer cosas que jamás, llenos de amor, ni siquiera hubiésemos pensado.

Es bendición de un día y una noche, es una flor resucitando y una hoja cayendo, con esa gracia infinita de ser parte del mismo árbol, alimentado con la misma sabia de un prisionero que se aferra a la vida, sin más viaje que ver a la distancia a otros presos que nos regalan sombra, alimento, y perfume.

Debemos iniciar por perdonarnos a nosotros mismos, por cada error que hayamos cometido, al hacerlo,  habrá espacio enorme donde caben todos los perdones.

¿Me has herido? No tengo memoria de eso, fue un día de mucho calor, hubo celos, tropezó conmigo un demonio, pero sacudí mis harapos, despejé muchas dudas y pensé entonces: no era para mí ese amor, porque el amor es algo más grande que colma un rosal y enciende un cirio.

Ahora estamos despejando dudas, no está el cardo en mi camino por su decisión, es que la brisa encontró propicio su espacio, para que a pesar de todo, pudiéramos ver el instante de la flor, el segundo del fruto, y la magia de una semilla.

Si perdono, puedo mirar a los ojos y abrazar a mi enemigo,  él sentirá otra energía, se avergonzará de sus actos, y se doblará  ante Dios, con el sol de testigo.

El perdón es una madre abrazando  y un sinsonte cantando.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 19/15

2 comentarios: