lunes, 19 de octubre de 2015

ME ROBARON 20 AÑOS [42]


ME ROBARON 20 AÑOS [42]

¡Hola amigos!, pasaba por aquí un momento. Gracias por esos toques mágicos, disculpas que no responda a cada uno, pero es que el tiempo se va tan aprisa, que ayer me di cuenta que perdí 20 años de mi vida. ¿Cómo los perdí?, ni siquiera me di cuenta, ¡se escurrieron por mis dedos!, mi casete mental se ha borrado, y sentada por ahí, pensando, me di cuenta que cierto día no estaban mis padres, y que parecía un pájaro sin nido, ¡todos se habían ido!, de a poco me abandonaban sin saber la razón, no tenía un amigo con quien conversar de cosas de la vida, todos a veces miraban sin ver, y pasaban, sin saber qué infierno tan terrible estaba viviendo, pero me di cuenta también que "alguien", un mago poderoso, mi amor el Rey, había dispuesto desaparecer muchas cosas de mi vida que me hacían daño.


Creo que a muchos nos sucede, que de un momento a otro nos vemos al espejo y nos desconocemos, mis manos pecosas y arrugadas, parecía una anciana, tanta depresión que parecía que no soportaba la vida, y entonces, en mi pequeña ventana extendía los brazos: ¡Señor!, era un grito interior muy grande, ¿qué sucede con mi vida?, ¿en dónde estás ahora?, un fracaso tras otro, a veces el estómago vacío, un vacío que se llenaba de angustia y desespero, y en sueños escuchaba voces, eran suaves, como caricias, advirtiendo de peligros, de resplandores, de ruidos y miedos que me acosaban al cerrar los ojos, y un día cualquiera una voz me dijo: te ayudaré, es suficiente castigo saber que estabas muriendo amando la vida. 

Entonces inicié a caminar senderos donde habían muchos jardines, eran árboles muy gigantes, ni un hombre había tocado sus hojas, había cascadas, ríos, lagunas en donde me podía mirar como en un espejo, aves de tantos colores que iban y venían y dejaban sus bonitos cantares en cada gajo, ¿en dónde estoy?, y esa voz me decía: estás aquí, en mis brazos, has cerrado los ojos, soy tu sueño, ese paraíso que esperabas no está sino en mí, ese amor que buscabas vive dentro de ti, pero esa nube gris que te persigue quiere apocar el brillo que te he dado.

Entre cada cosa desperté, ¿era un sueño?, todo parecía tan real y pregunté de nuevo: oye Señor bonito, ¿en dónde están mis 20 años?, he padecido soledad y llanto, ¿en qué lugar estabas?, siempre te busqué, pero nunca te hallé.

En medio de mi voz sonó la suya, siempre estuve aquí, ahora toco tus manos y escribo con tus dedos, vivo en tu piel y soy quien da luz a tu mirada.

¡Qué rara sensación!, ¿cómo puedes vivir en mí?

Y Él respondió con mis propios pensamientos, vivo en ti porque cada hoja del camino es obra de mis manos, y tú eres una pequeña luz que cultivo, mi pequeña luciérnaga, ahora brillas con la luz de todos, y tu propio resplandor nadie puede verlo, porque estás arropada bajo un manto de nubes celeste.

Creí ser una santa, pero era una tonta pecadora, ¿cómo me puedes arropar tú a mí?, ¿tan poca cosa y tan pequeña?

Y Él con  esa voz que me confunde me dijo: cada grano de arena es arropado por la luz del sol, y lo que cubre el mar debe estar guardado para los ángeles que lo habitan, tú eres luz de mi propia lámpara, y mañana, todos verán que una luciérnaga no brilla porque lo desee, sino porque he impregnado su vida de luz, y así es el amor, en medio de ella será encontrado, y en medio de ella, marchará cualquier día, sin que te des cuenta. No te he robado 20 años, te los robó la maldad, y te los devolveré con eternidad.

Era raro, estar ahí, vi a mi perrito viejo de un momento a otro, ¿será que morirá?, ¿qué ha pasado con todo éste tiempo?, es como  si una rejilla hubiese robado mi existencia escurriéndose como un hilo, encerrada en una cárcel parecía un escarabajo, así dentro de un túnel, y ahora, no sé hacia donde correr, pues me quitaron lo poco que tenía, mis alas fueron cortadas antes de crecer.

La voz me dijo: no necesitas alas porque tu pensamiento es veloz, otros se perdieron de ti, pero yo te doy alas de cóndor y un pensamiento ágil, para que vueles extensas llanuras blancas, páginas de nieve serán tocadas por tus dedos y florecerán, como esperanzas, cuando el sol aparezca en tu primavera.

Estoy un poco turbada, pero comprendí, 20 años es nada para lo que el Señor me devolverá, ¿quién puede dañar una flor?, la estación por venir estará tan llena de flores, que los pájaros se asustarán.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 19/15

No hay comentarios:

Publicar un comentario