ASÍ [12]
En medio de una gran montaña
surgiendo desde una roca fuerte,
ese corazón tuyo de cristal
resguarda el mío en sus aguas,
y fortalece, llena de vida el campo,
calma la sed del ermitaño
corriendo ríos profundos
bajo nuestros pies
y sobre nuestra cabeza,
pasando entre el viento juguetón
y cayendo de nuevo,
como una joya de cristal
mojando en mí tu amor,
para que sobreviva a éste terrible dolor
de vivir sedienta y hambrienta,
sabiendo que estás cerca de mí
con solo ver hacia mi árbol
y escuchar la oración de los pájaros.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 26/15
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