sábado, 1 de agosto de 2015

EN EL BOSQUE [87]

EN EL BOSQUE [87]

Hay aves que sacan los huevos de otros nidos para que otros padres críen los suyos, una manera de ser aprovechados y proteger su especie, hermanos entre animales que matan al más débil para asegurar su propia vida, madres que matan a sus hijos enfermos, para asegurar también la vida de sus hijos más fuertes, todo esto y más podemos apreciar en la naturaleza, he visto comer su cachorro a una perra, pero era un perrito defectuoso y ella lo sabía, también se han peleado sus hijos una gata con una chihuahua, se los robaban, hasta que la gata quedó con un hijo suyo y la perra se quedó con los suyos y los ajenos.

Entre bestias aman a sus hijos, ante todo  protegen a su especie, aves miniatura criarán a hijos tan gigantes, que dormirán sobre montañas de plumas creyendo abrigarlos.

La madre cocodrilo cuidará su nidada y la protegerá con su propia vida, una vez nazcan, cuidarán a sus hijos de su padre y demás familia, pues podrán devorarlos, entonces uno a uno, los deposita con tal cuidado dentro de sus fauces, y con igual cuidado maternal, los llevará a donde estén más escondidos y nadie pueda hacerles daño.

Nos sorprende la naturaleza, nos da lecciones de amor increíbles, ¿estamos ciegos?, anoche  tuve un sueño, y en él se me repitieron  unas palabras que debí  copiar en un papel, pues había insistencia, ¿quién me habla?, no lo sé, pero varios escritos han sido motivados por un sueño, una voz, un “algo” que viene entre la brisa.

“Como la vida misma, el primer capítulo puede ser el último”, luego una pregunta: “¿Y si el avión se cae?”, no comprendo, pero aquí están esas palabras que se me ordenaron escribir.
No se cae la cara de vergüenza, en mi sueño alguien pedía perdón por un daño pasado, pero no será doña Escopeta quien perdone, porque tiene el corazón herido, y debe primero sanar como el río Bogotá, que todo el mal que se le hizo, poco a poco se recupere, y pueda respirar hondo, por esas viejas heridas.

Hablando de leones, Cecil el asesinado, sin saber perderá a sus hijos, porque otro león llegará a tomar su lugar, y el nuevo macho asegura su descendencia matando a los bebés que encuentre, sin que la madre pueda hacer nada.

Jamás un animal abandona a sus hijos para criar los ajenos, adoptan a los otros hijos como propios, también lo he visto en la naturaleza, entonces ¿cómo llamaríamos  a esos padres que por un pedazo de carne vieja, abandona a su familia?, la verdad no sé cómo, pero éstas heridas que se plantan en sus pequeños corazones, tendrá que llorarlas luego.

Hay hombres que por sexo se vuelven ciegos,  y mujeres que por lo mismo también embrutecen.

¿Vamos a misa mañana y nos confesamos?

¡Pobre Serbio!, tanta mierda que he hablado de él, pero ahí está con sus cachorros crecidos, con pobreza y como sea, sólo una vez intentó abandonar a su camada con la alcahuetería de su familia, y dizque haciendo vueltas para viajar a Italia, pero le dio culillo y se quedó aquí con sus hijos, ¡no es tan malo!, en esa época pensé: ¡lástima que no se fue, porque ahí no serían pesos sino dólares los que giraría!, pero bien o mal, sin amor también se puede vivir, algo debe guardar por su familia cuando me ha soportado tanto.

Amén

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 1/15

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