EN EL BOSQUE [87]
Hay aves que sacan los huevos de otros nidos para que otros padres críen
los suyos, una manera de ser aprovechados y proteger su especie, hermanos entre
animales que matan al más débil para asegurar su propia vida, madres que matan
a sus hijos enfermos, para asegurar también la vida de sus hijos más fuertes,
todo esto y más podemos apreciar en la naturaleza, he visto comer su cachorro a
una perra, pero era un perrito defectuoso y ella lo sabía, también se han
peleado sus hijos una gata con una chihuahua, se los robaban, hasta que la gata
quedó con un hijo suyo y la perra se quedó con los suyos y los ajenos.
Entre bestias aman a sus hijos, ante todo protegen a su especie,
aves miniatura criarán a hijos tan gigantes, que dormirán sobre montañas de
plumas creyendo abrigarlos.
La madre cocodrilo cuidará su nidada y la protegerá con su propia vida,
una vez nazcan, cuidarán a sus hijos de su padre y demás familia, pues podrán
devorarlos, entonces uno a uno, los deposita con tal cuidado dentro de sus
fauces, y con igual cuidado maternal, los llevará a donde estén más escondidos
y nadie pueda hacerles daño.
Nos sorprende la naturaleza, nos da lecciones de amor increíbles,
¿estamos ciegos?, anoche tuve un sueño, y en él se me repitieron
unas palabras que debí copiar en un papel, pues había insistencia, ¿quién
me habla?, no lo sé, pero varios escritos han sido motivados por un sueño, una
voz, un “algo” que viene entre la brisa.
“Como la vida misma, el primer
capítulo puede ser el último”, luego una pregunta: “¿Y si el
avión se cae?”, no comprendo, pero aquí están esas palabras que se me
ordenaron escribir.
No se cae la cara de vergüenza, en mi sueño alguien pedía perdón por un
daño pasado, pero no será doña Escopeta quien perdone, porque tiene el corazón
herido, y debe primero sanar como el río Bogotá, que todo el mal que se le
hizo, poco a poco se recupere, y pueda respirar hondo, por esas viejas heridas.
Hablando de leones, Cecil el asesinado, sin saber perderá a sus hijos,
porque otro león llegará a tomar su lugar, y el nuevo macho asegura su
descendencia matando a los bebés que encuentre, sin que la madre pueda hacer
nada.
Jamás un animal abandona a sus hijos para criar los ajenos, adoptan a
los otros hijos como propios, también lo he visto en la naturaleza, entonces
¿cómo llamaríamos a esos padres que por un pedazo de carne vieja,
abandona a su familia?, la verdad no sé cómo, pero éstas heridas que se plantan
en sus pequeños corazones, tendrá que llorarlas luego.
Hay hombres que por sexo se vuelven ciegos, y mujeres que por lo
mismo también embrutecen.
¿Vamos a misa mañana y nos confesamos?
¡Pobre Serbio!, tanta mierda que he hablado de él, pero ahí está con sus
cachorros crecidos, con pobreza y como sea, sólo una vez intentó abandonar a su
camada con la alcahuetería de su familia, y dizque haciendo vueltas para viajar
a Italia, pero le dio culillo y se quedó aquí con sus hijos, ¡no es tan malo!,
en esa época pensé: ¡lástima que no se fue, porque ahí no serían pesos sino
dólares los que giraría!, pero bien o mal, sin amor también se puede vivir,
algo debe guardar por su familia cuando me ha soportado tanto.
Amén
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 1/15
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