CIERRA LOS OJOS
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Cuando cerramos los ojos para escuchar lo que
tienen que contar los pájaros, nos damos cuenta que vivimos en eterna compañía
de soledades, todos somos uno en medio de un océano de paisajes.
Vamos en el viento, ¿quién acaso colocó a esa
pequeña hoja del limonar y la sostuvo con sus espinas?
Me causó gracia ver ésta imagen, y en el
cielo nubes y nubes pasaban, pero había una que parecía un ganso gris, un
líder, enseñando que todo viene y pasa, pero siguen nubes llegando y continúa
el sol amaneciendo.
Escucho ahora cómo caen gotas de lluvia sobre blancas flores, que
colgadas de una rama, casi tocan la cascada, ¿quién acaso se inventó éste gajo
y ésta manera para que pudiera la flor ser amada?
Me sorprende todo, hasta el movimiento de mis
dedos, no pienso nada, todo se escapa de mi pequeño cerebro, pero no soy quien
escribo, hay un mago dentro de mí, me hace sentir grande en medio de mi
pequeñez, ¿por qué acaso me escogiste?, vivo en eterna soledad, pero soy libre
para estar así, porque puedo abrir la reja y correr, ¿pero quién acaso, dispuso
que en mi vida estuvieran muchas aves, y que otros tantos dependieran de mi
cuidado?
¡Qué tonta doña Hipocrasia cuando ríe de
otros!, ¿acaso me cree su mochila?, ¡lo siento señora!, ¡no cargaré con sus
penas!, ¡amo mi libertad!, pero mis penas ya las llevaba de sus brazos un Rey,
y entonces una sonrisa en mi espejo me hizo palidecer, porque somos
ingratos con el amor, y serviles con el placer.
Ahora, muchas cañitas bailan sus hojas,
suenan entre sí, ¡es tan bonito!, veo cómo la perdiz corre con sus pollitos tan
pequeños, y bajo sus alas que parecen hojas secas, sus cabecitas perladas
recorren con besos pequeños su tibia piel.
Es hora de un café, tiene olor a campesino, a
blancos cabellos de montaña, a hombres descalzos en sus labranzas, ganado y
pasto verde, trigo y cebada, amor de Dios en mi mesa, ¡qué olor!, creo que es
su aroma preferido, porque con éste pergamino que se quemó en ardientes pailas,
bendijo el Señor a mi patria.
Cierra los ojos y agradece por ésta mañana…
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 11/15
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