MI
BARQUITA [44]
Zarpó mi
barquita de papel,
¡no
pienses más!
deja
en mis manos tu afán.
Has
cumplido ya,
¿qué
perturba tu andar?
Te
dije que no confiaras en el hombre,
olvidaste
pronto la lección,
ahora
que tiñes de blanco tu montaña
mi
mano te ha tocado,
para
que te conjugues en mi corazón.
Vi
tu angustia y la hice mía,
sané
aquél viejo dolor con poesía.
Tus
manos muevo y paso por tu alma
navegando
en tu barca de luz
que
es la mía.
Entrego
mis llaves,
has
abierto puertas inmensas,
he
visto tus ojos,
y
cuando alzas los brazos,
hasta
tu ventana sin rejas he llegado
para
secar tus lágrimas.
Mi
barca es de oro y diamantes,
aquí
no habrá pérdida,
¡no
pienses más en el mañana!
Ahora
es un beso que te doy
ya,
es una hoja brotando,
en
tanto tus ojos parecen un lago
por
donde pasa mi nave de espuma
que
revienta globitos de color
para
sanar tus heridas.
¿Adivinas
la bruma?
¿Puedes
atraparla?
Así
es mi barca,
una
nave de viento y aroma
por
donde vas y vienes
como
una oración,
pájaro
de nieve
que
ante mis flamas
manantial
de sueños parece.
Espejo
donde se retrata luego
su
viaje con destino incierto
de
nubes viajeras
danzando
entre rayos y centellas,
para
que escuches mi voz
y
te conmuevas.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
junio 3/15
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