Anderson, su último paseo. ¡Gracias Dios mío, por éste ángel!
EL RUISEÑOR DEL VALLE
¿Sabían que mi ruiseñor se fue?
Cierto día, no hubo aviso,
aprisa pasaba una nave
veloz como un rayo.
sus alas abiertas fueron,
rosas rojas extendidas
llanto y pavor.
Pero hoy, ¿me creerían?
Fuerte cantó en mi árbol
¡Escúchale!, ¿será ella?
puede ser él,
y era su voz fuerte y clara.
Su oración nos despertó
y junto al sol inició su danza.
¡Qué hermoso se escucha en un amanecer!
No era un pájaro cualquiera,
en su voz lo adiviné,
sonaba un arpa y luego una orquesta,
hubo lluvia fresca y todo se renovó.
Mi Ruiseñor del Valle:
¡Te luciste mi amor!,
eres el joven cantor
que se fue al cielo
cuando más confiados estábamos,
pero te enviaron con un mensaje:
¡Canta!, siempre canta
como lo hace el manantial de mis ojos
que entre rocas y espinos
baja por la cuesta,
y se eleva como bruma.
Ahora, no paro de llorar,
como un milagro ha retornado
y no deja de cantar.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 3/15
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