SOMOS
PLAGA [7]
¡Qué
seres dañinos somos!, cuando se acabe la plaga que destruye lo hermoso,
"quedarán los poetas", gobernando entre los verdes de montaña y
cantando sobre sus elevadas ramas, los sinsontes y turpiales de mi patria.
Será
el sol una mano extendida y se crecerán las pequeñas plantas, buscarán las
flores un beso enardecido, asomando tímidas, bordando esperanzas, sin destruir
los sueños de los niños que abren sus picos cual clavellinas rojas y doradas.
Cuando
no esté el hombre pisoteando a mi madre, ni esté por aquí un navegante perdido,
seremos hallados vencejos en el aire, construyendo poemas como las aves sus
nidos.
¿Quién
pone valor a una gota de rocío?, se llenan las nubes con translúcidos
pensamientos, se blanquean y se curten con nuestras miserias, pero caen, siguen
cayendo, ¿serán lágrimas de mi madre que con un beso nos sigue bendiciendo?
Brotarán
semillas ocultas entre las rocas y el ámbar liberará las que tenía guardadas,
como un cofre de mar con sus perlas, que sin ser heridas, abren su boca a un
grano de arena, que se vuelve joya, para los ojos de un payasito que en su
profundidad se hallaba.
Cuando
se haya ido el dragón de metal, y la tierra haya vomitado nuestra suciedad, y
se haya llevado toda nuestra vanidad a su profundo lago hirviente seremos
libres al fin, pues tendremos alas como pájaros a quienes se abrió la jaula de
la vanidad, y no pensaremos en tener, pues nuestro pensamiento ya no tendrá un
motivo.
Y
luego, si hay un sitio para ver lo que hemos hecho, nos convertirá el destino
en bandada de goleros, ¡regresen, limpien su propia inmundicia!, porque ahora
ellos, quienes por ti lo hicieron, serán los nuevos pobladores de mi jardín,
con alas blancas y ojos de fuego.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 29/15
Barranquilla, abril 29/15
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