Sofía y Salomé
MI
CASA ERES TÚ/Ana Frank [3]
Mi casa es tu infinito en donde habitará mi descanso,
Mi casa es tu infinito en donde habitará mi descanso,
con
alas de cóndor
en tu arroyuelo manso.
en tu arroyuelo manso.
Mi
hogar fue “La casa de atrás”
escondida
cual escombros de odio
ruinas
de dolor donde ocultaba en hojas secas
terrible
pena y desamor.
¿Qué
es el hombre sin Dios?
Pero
fuiste tú, amor de mi vida
el
único consuelo en confusos días.
Fue
tu lámpara encendida en mi opacidad
quien
me impulsaba a vivir el instante
con
el corazón en eterno palpitar.
Pasaban
los días, cada uno era un siglo
todo
abuso era una prueba tenaz,
espina
clavada en pecho de madre
con
las manos negras de tanto espinar.
¡Suerte!,
¡eres mi bendita luz!
¿Qué
hay lóbrego en mí?
Tan
solo mis manos sucias de sangre de otros
que
atormentan con sonidos de horror
y
miradas sin ánimo,
al
verlos cruzar
por
esa alambrada del nunca más.
En
mis locas carreras buscando un alar
el
suspirar de las palomas
parecía
mis propias muecas y angustia.
Hallé
un espacio para contar a todos
de
aquéllas penas guardadas en el corazón
en
el rincón de las zuritas
con
sus tristes cantares de ilusión.
¡Aquí
estoy!, ¡atrapa mi alma ya!
Hay
fiebre interior, no sanan mis heridas
pero
corro,
aprisa
le veo con sus brazos abiertos
un
precipicio he dejado atrás.
¡Luces
de colores!, ¡al fin es navidad!
Él
se quedará, y contará al mundo del horror.
¡Pero
ahora, estoy en tus brazos Señor!
¡Eras
el tesoro perdido en mi oscuridad!
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
abril 30/15
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