Jueves,
30 de abril de 2015
COMO
UNA OLA [1]
Así
como llegó a su orilla
se
desvanece
sin
repetirse jamás
ni
ser otra vez la misma.
Se
va la ilusión y seguimos fabricando sueños
como
los árboles hojas nuevas.
Te
vas, pero sin causar heridas,
quedando
un sabor a mar en mi boca,
y
esa vieja melancolía
que
nos encontró
asomados
en la misma roca.
Gaviota
mía:
¿Cuándo
volveré a sentirte?
Abre
tus alas al frío de mi soledad
y
déjame ser un poema en tu vida.
Pero
se van las olas, amor mío,
y
queda una roca inmensa
a
donde esperaré sea propicio el viento,
para
reencontrarme contigo.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
abril 30/15
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