MIS PIEDRAS [77]
Hallé un trozo
de mi suerte en el ámbar de tus ojos
bailando la
luna para mí, globitos de cristal es real,
abriendo su
boca entre perlados sueños
cual ostra en
el mar.
Cornalina
hallé en tu corazón
encendiéndose
ante el fuero de nuestro amor
de Sadoine, de
Santiago,
del cielo, de
las estrellas
concedidos
poderes para ti en mí.
Rodonita en tu
piel de caramelo
cambiante solo
a la caricia del viento
sin variar de
su alma el interior.
Amante mío,
rubí en la espesura de mi sangre
siendo fuego
en la boca de un volcán.
Pestaña mía en
el centro del sol
sin parpadear
siquiera, te declamo mi amor.
Y ella, me ha
robado el ágata en sus ojos
cual musgo
fresco prendido de sus rocas,
pequeñas
laderas donde un girasol se provoca
pegando sueños
de espinos
entre quimeras
antiguas y esperanzas de mañana.
En la
turmalina rosa de su boca
un esposo
bueno arregló todas sus penas;
a punta de
besos y versos de risas,
de carcajadas
al despuntar el día
y un poco de
llanto al llegar la noche.
Y al fin, en
la esmeralda
que como gota
de aceite
pendía de sus
ojos,
brotó
cualquier día el manantial
quedándose en
mi vida por siempre el mar,
siendo tú la
roca que aprieta mi garganta
haciendo mi
carne de pasión temblar.
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla,
febrero 24/15
©10-498-459
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