SÓLO TÚ [37]
Sólo tú, haces que mis días estén llenos de gloria, hay una alabanza que
atrapo cuando te veo, una sonrisa cuando caminas sobre las hojas secas, un corazón
que late aprisa, cuando imagino que hay algo para mí.
Sólo tú le pones color a mis labios, una estrella en la mirada se
ilumina por ti, por cada melodía, cada sombra que retratas y me acerca a esa
ilusión de unos sueños completos en tu boca, besados y abrazados en nuestras
inquietudes, saboreando lágrimas de sal, en un profundo mar lejano, y
cerca en cada sueño.
Sólo tú mi amor, te llevas la melancolía, no hay tristeza cuando te
sueño, más imagino que si me vieras, correrías, no lo sé, lo único que comprendo
ahora, es que sólo tú llenas de paisajes, lo mustio de mi vida.
Sólo tú habitas éste tiempo, donde el amor se convirtió en ausencia, y
las caricias, en manos inquietas en otras faldas… en cambio, ante lo invisible
te siento, penetrando como un rayo en medio de la espesura de un sueño, tan
cierto, que cuando no te veo, la inquietud me asombra.
Sólo tú mi amor, le das calor a éstas venas, que poco a poco se enfrían,
el tiempo es acosador, mi árbol desprende sus hojas sin clemencia, y sólo hay
un algo en mi pensamiento:
¿Si la providencia acercara tu barquita de papel, y la estrellara con la
mía?,
¿Qué pasaría?...
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
enero 20/15
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10-491-97
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