martes, 24 de febrero de 2015

¿POR QUÉ NO QUIERO SER ABUELA? [89]

¿POR QUÉ NO QUIERO SER ABUELA? [89]

Estamos en una época difícil para criar a nuestros hijos, y creo que ha sido la peor de todas, pues la libertad mal concebida nos dejó sin herramientas para educar, ¿qué se puede esperar de una abuela?, será el sillón abandonado en la historia, la cosa que está por ahí estorbando, ¿qué respeto se puede esperar de mis nietos, si no lo recibo de mis hijos?...
Tan solo preguntas sin respuesta, pero los padres "sabios" que abundan, tendrán la respuesta, una gran mentira, no hay mejor padre en ésta época, lo que hacemos en casa, se desbarata en la calle.
No quiero ser abuela por muchas razones:
1. No quiero niños para vivir en un mundo lleno de mentira, vanidad y guerra, corrupción, falta de amor y respeto por los demás iniciando por la naturaleza...
2. No quiero nietos que me enreden en vez de darme una mano si necesito su ayuda, cuando ya mis pasos estén cansados...
3. Si ahora, cuando abro la puerta para recibir a un hij@ el saludo es: ¡Qué mira!, ¡chismosa!... ¿qué saludo me esperaría si acaso llego a una mayor edad?
4. Nos convertimos en porteras nada más, sabemos que ellos no son nuestra propiedad, pero si viven en casa deben respetar y seguir ciertas normas de conducta, pero los jóvenes de ahora no quieren reglas, se pasan por la faja la autoridad de los padres, y quieren vivir a su antojo sin que nadie advierta siquiera de los peligros a los que se exponen, ya que ellos se las saben todas.
 5. ¿Serán nietos sanos?... ésta pregunta me asalta, cuando las jóvenes salen a la calle, viven sus vidas con tal libertad, que se olvidan del respeto que merece nuestro cuerpo, inician el uso de pastillas anticonceptivas, pruebas de embarazo, hasta abortos escondidos, pues muchos casos vemos a diario, y el temor de una madre es: después de que se abusa tanto del cofre donde se deposita la vida y se aniquilan bebés antes de que lleguen a la profundidad del mar, ¿cómo serán aquéllos, que tal vez por aquello de “ahora sí quiero tener un hijo”, ¿llegue a vivir?... ¿será apto el cofre para él desarrollarse?... lo dudo mucho, es una de las razones por las que muchas mujeres no pueden ni parir ni tener hijos, después de tanto abuso con el tesoro más preciado de todos: nuestro propio cuerpo.

Y que nadie se haga santo, ni me hago santa, ellos imaginan que en nuestra época fuimos peores… pero qué equivocad@s están… antes que todo hubo algo muy importante y se llamaba: Temor de Dios, que ahora es una carcajada enorme, y una mirada despectiva cuando nos llaman ignorantes.

El amor está ligado con el respeto, la responsabilidad y el acierto, que es la fortuna recibida en una época tan difícil para traer niños al mundo, donde la violencia es el caldo que se cultiva y es uno de los temores: ¿Mis nietos para la guerra?, ¿nietos para la calle?, lo mundano, lo incierto… ¡qué intranquilo es cruzar la esquina!, sabemos que la vida no le pertenece a los padres, pero nuestros hijos siempre serán ese hilo que los mantiene prendidos de nuestro ombligo y corazón hasta la muerte, sin importar qué clase de hij@s seamos, ¿y la abuelita en dónde queda?... por ahí está la vieja, huele a orín… ¡llévele un café y que no joda!  

¿Hemos sido mujeres libertinas?... la juventud cree que libertad es hacer lo que les da la gana, ser irresponsables y abusivos, pero después, cuando deban parir a sus hijos, conocerán de los dolores de madre, y como madre no deseo que ninguno de mis hijos sufra éstas angustias.

¿Por qué no quiero ser abuela?... es una manera de pedir a los jóvenes de ahora un poco más de cuidado y respeto, con ellos mismos, pues toda libertad mal concebida tiene una consecuencia que duele, pero no ahora, en el camino cuando la semilla esté débil y agotada, y el cofre no esté apto para recibirla, conocerán las razones de ésta vieja estúpida y torpe.

¿Qué mujer no desea tener un bebé en sus brazos?...

Sería como decir que una flor carece de semilla en su interior, nacimos para traer vida al mundo, para llenar el planeta de flores y sonrisas, pero con responsabilidad, ¡no quiero nietos!, no ahora… los quiero cuando las aves conozcan en qué nido parirán sus perlas, y comprendan de los riesgos que tendrán que soportar, cuando el viento sea adverso… y esto deben aprenderlo de las águilas como mi madre, y creo que ésta vieja es sólo un gorrión mojado, que intenta ser halcón…

¡Qué difícil es volar como águila!, cuando nuestras alas siempre están mojadas.

¡No quiero ser abuela!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 24/15

 10-491-97






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