martes, 24 de febrero de 2015

MUJERES [80]

 “Bienaventurada la poesía si calma la sed del hombre”
Mariette Mounier


MUJERES [80]

Me ha convocado un pecho
Una herida reciente
Que como un comején camina,
Y se yergue en tu bosque perdido
Ahondando lagos profundos de tristeza.

Mujer, semilla que germinó
Don de amores donde se fabrica  la vida,
Revientan polluelos en un trío mágico
Abrigados en angostos caminos de oro y seda clara,
Y al atardecer al sentir que la nostalgia se aleja,
Vuelan garzas en grupo,
Corren manadas de bisontes
Y el berreo llama de nuevo a siembra de amores.

Y tú, cofre que fue donado con gracia y hermosura
Para que ahí se plante la semilla de la vida,
Sepultura será el bosque ahora y siempre,
Cuando al asomo de la tempranera lluvia
Un beso de sol alumbre y resucite un desierto.

No has cerrado los ojos…
Has abierto tan solo la puerta grande
Más allá de todos los soles,
Fábrica de  estrellas, de luces multicolores…
¡Ha de ser que llora de nuevo una madre!
Cuando riega con amor una orquídea
Antojándose un arco iris
En medio de tus montañas.

Y se acelera en la primavera un aroma
¡Madre mía!, tierra santa…
De tus laderas soy, de tus esquinas
En cada orillo de tus montañas
Cerca de la roca inmovible,
Debajo de una hoja pálida
Brota la vida.

Se parió una mujer…
¡Tan bonita!...
¿Qué será de ella?...

¡Será madre!
La más tierna mujer que brotó  la tierra;
Se volverá espiga en el llano
O mirla blanca cantando versos de plata,
En lo alto de una palmera.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 20/15

10-491-97




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