martes, 24 de febrero de 2015

LA VOZ DE LA MAÑANA [94]

LA VOZ DE LA MAÑANA [94]

Me habla la mañana,
Recitan las aves prisioneras versitos blancos
Una paloma pequeña se recupera de múltiples heridas
Pero la libertad es incierta ante negros pájaros
Que desnudan su piel, y se beben el río de sus venas.

Hay una canción enredada entre las palmeras
Calla... no grites para que la escuches...
Dice: ama... ama más a quien te desprecia
Quiere más a quien te odie,
Y no quemes las hojas secas.

El árbol ha orquestado una fiesta
Pájaros van y vienen, pero son pocos
El amado mirlo no regresa
Tal vez se ha olvidado de mí,
O encontró en el camino una enredadera
Con flores rosadas y aroma fresco.

Hojas secas de mi vida,
No las quemes en mi despedida
Que el fuego no abrase la piel
Que sean tus brazos a mí alrededor
Como una cobija para un largo invierno.

No digan adiós a nadie,
El adiós no existe…
El tiempo es una melodía que transita
Cual pálida nube empujada por la brisa.

Di muchas veces: te quiero, te quiero…
Que tu rostro regale una sonrisa a tiempo o a destiempo
Si no regreso ahora, no es una despedida
Es que mi reloj continúa marcando un paso de continuo
Un algo irreal, como éste divino sueño de existir.

Espera… debes perfumarte un poco
Que huelas a lirios frescos
Asoma la primavera cuando abras los ojos
Las hojas secas, siguen cayendo
Las nubes locas… siguen viajando
A pesar del verano intenso
Sin importar el  invierno y la nieve
Que vuelve anciana una montaña,
Más ella nunca envejece
Sólo muda, cambia, se transforma
Y las aves que se fueron
Retornan cuando la lluvia aparezca
Al aparecer brotes de flores nuevas
Entre poemas y sinfonías,
Retozando musicales notas
Como el vaivén de las olas
Al besar las rocas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 25/15
© 10-491-97


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