EN MI VENTANA [83]
Al cerrar los ojos, ahí estabas… quise seducir tu
alma, y una bata negra me coloqué, por aquí ni una mirada, me perfumé un poco,
miré hacia mi ventana siempre abierta para hallar algo tuyo en el viento...
Luego, las juguetonas estrellas que se desprendían
me hablaban al oído con ese brillo mágico, en medio de esa luz que se pegaba de
mis pestañas, y pensé que respirabas de mi aire y yo del tuyo, que veíamos a la
vez otras estrellas y otros luceros en el mismo cielo, y que la luna tuya,
era la mía...
Un sueño apacible contigo, acarició mi mente tu cabello escaso, me
tocaste toda con delirio, y nos confundimos... como las olas en el mar, nos
abrazamos tanto y tanto, que desperté al fin sin saber hacia dónde nos conducen
los sueños, y de nuevo mi ventana abierta, el mismo gajo seco de limonar, las
mismas aves que siempre me visitan, el mirlo no ha regresado, y pensé que está
anidando tal vez en cualquier árbol olvidado en el camino.
Detallé que unas palomas se besaban y una oración se promulgó en el
tejado, cuando un doblar de rodillas fabricó el sueño de la vida con perlitas
blancas en otro nido...
Amor... y de nuevo estabas en mi corazón, otra vez adiviné que había
juego de luces en el cielo, nubes correlonas, azules y blancas formando
imágenes nuevas, y Él, el mismo sol nuestro alumbrando con pasión éste nuevo
día...
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
enero 22/15
10-491-97
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