viernes, 20 de junio de 2014

SOMBRAS


SOMBRAS

Sombras con olor a canela
sobre las praderas pasan;
gacelas que fueron olvidadas,
hombros de sangre viva
ojos de cal y canto.

¡Pero están todavía!,
gritan sus alegrías,
llevan sobre su cabeza
todo el peso de  la iniquidad
en una desajustada balanza.

Sombras de mujeres
diamantes negros de la selva,
garzas de piernas largas,
ojos verdes y azules,
¿de dónde acaso llegaron?

Ahí están, Tomasa, Francisca,
sus dulces del color de su piel
sus voces fuertes,
poetas que gritan su selva,
que buscan las almas viejas
que alguna vez fueron robadas.

¡Niña!, ¿llevas alegrías?
¿Caballitos montados en trozos blancos
donde la dureza de afuera,
endulza ahora las vidas?

¡Sí!, les tengo de todos los dulces,
las hieles aún amargan,
las brisas salobres del mar
entonan melodías entre caracolas,
pero aquí vamos, con pocas alegrías,
con las vanas sombras que nos iluminan
a pesar de lo sombrío
de las orquídeas negras.

¿Tienes de panela?,
si, nena, sólo morenas vendemos,
son las más dulces, las más cálidas,
¡si pudieras probarlas!
¡si tan solo ver a mis ojos de miel!,
no serías tan pálido,
como tu alma.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 20/14





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