LOS CARDOS
Cuando florecen los cardos
Nace una divinidad guardada
Que sin importar las espinas
Con ardiente sol o sin él
Las más bellas joyas serán halladas.
En cada espina una esperanza
En cada roca una espora
En cada vida un alma
En cada flor un aroma.
Cuando florecen los cardos
Recuerdo a mi madre
Ella los amaba,
Pero poco los vio florecer.
¿Que sería si los viera ahora?
Imagino que se doblaría en oración
Sus ojos verdes brotarían manantiales
Y su boca, tan solo bendición.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 19/14
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