viernes, 19 de diciembre de 2014

IMAGINÉ



IMAGINÉ
Imaginé sus rostros tan solo, ¿acaso encuentro palabras para describir ese momento?, ¿la experiencia de un arma en tu cuello, o un depredador detrás de ti?... ¿Sabes acaso cómo es la noche de una niña, cuando adivina que todo lo que habita la oscuridad la tocará?...
Imaginé tan solo, como la paloma que cayó de mi ventana, no pude verla sufrir más, pero no pude matarla, porque ya estaba muerta, tan solo abría y cerraba el pico en una súplica... ¿qué hago?... pero a veces un impulso, ¡basta!, ¡ya no más!, que no la vea palidecer en medio de agónicos ruegos, y entonces una mano tomó fuerza, no la mía, y se ayudó en la tarea, no es basura lo que tomé en mis manos, le fabriqué un sepulcro entre periódicos, busqué los más bonitos, y coloqué unas cuantas flores que había por ahí, y en ese cerrar de alas, su alma se liberó.
Imaginé que la navidad sería llena de luces y colores, ¡todas las ventanas los tienen!, pero no son la felicidad, es tan solo un remedo a ser felices, porque felicidad es una vieja torpe que camina y camina con los pies abiertos, y en cada roca se tuerce un pie, y en cada rosa encuentra una espina vieja, que esperaba por sus dedos.
¡Imaginé tanto para esta navidad!, no quiero luces, ¿después quién paga el recibo?, cada vez más pesada la carga, impuestos sobre impuestos, y la lista larga como el rostro de los miles que serán embargados, pero no importa ambicionar más, hay que guardar, ¿acaso interesan los zapatos nuevos?, muchos creen que en otras casas sobran, porque ellos no los poseen, pero la situación es difícil para todos, si quieres estudiar debes trabajar, y eso que la situación de esclavitud no ha pasado, ayer eran los negros porque los blancos se antojaron, ahora muchos firman contratos de mentiras, y dicen recibir cosas que son negadas, pero hay que firmar si quieres trabajar, bajar el cuello como los bueyes, son tiempos difíciles, el rico se pasea con soberbia y mira a los otros como estiércol, ¡qué fina me he vuelto, creo que olvidé la palabra mierda!, un paisano me dijo que una poeta como yo, no podía decir mierda, al carajo con mi paisano, ¡que se vaya para la mierda!.
Imaginé y sigo imaginando que todo cambiará, ¿quién para de soñar?, ¿quién puede quemar las esperanzas?, y aunque no lo crean se queman, como leños secos los niños están en la mira de los malvados, las madres temen parir más vejigones, y las viejas como yo, no quieren ser abuelas... ¿saben el motivo?... tal vez lo adivinen las madres de México cuando huelan a sus muchachos entre las brisas de ésta navidad... por ahí se pasean, los respiramos, y huelen a flores, a dulces flores que se fueron en medio de carcajadas rojas y labios resecos de tanto buscar al Jesús que murió en los corazones de muchos hombres, ¿creen que vendrá Jesús, están seguros que deseará regresar?... lo dudo... de nuevo será crucificado, es más, fueron miles de crucifixiones las que se le dieron éste año, que se quede en el centro del sol porque aquí su espacio lo ocupa el mal.
Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, diciembre 19/14

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