Bebés de la Nena
LA NENA
Yo no la escogí, ella me
escogió, mi madre me dijo un día: si deseas criar perritos, críe de los
orejones son lindos y muy nobles, se refería a los Beagle, y se quedaron en mi
corazón, una tarea que he contado muchas veces, mucho trabajo, demasiado para una
sola persona, la verdad no sé cómo he soportado tanto, hoy estoy que me
derrumbo, así fue ella, llegó para quedarse, pero ahora, hay un reclamo en el
viento, he luchado, le he dado lo que me han dicho, lo que he aprendido en éste lidia, pero nada la hace levantar el
rostro, lo que tiene está acabando con la ancianita, pienso ahora: ¿los ciegos
no tienen derecho a vivir?, ellos ven, no con nuestros ojos, ni como percibimos
nosotros, pero antes de tocarla ya sabía que lo haría, antes de tropezar con
ella se apartaba, antes de todas esas soledades ella estuvo ahí, me regaló
muchos cachorros para que otras personas los amaran, ¿sería injusto?, tal vez,
pero fue mi historia, esas hojas ya se escribieron, ahora escribo que la amo, y
que entre las dos hicimos un pacto, no la dejaré sufrir, eso está claro,
terminaré el tratamiento y como siempre, en manos del Creador su vida, al igual
que la nuestra, que se vaya en un sueño, corriendo, con alas en el alma, aunque
hasta ahora no acepto la partida de nadie, la lección no la he aprendido, y se
me dan oportunidades, sí, llévatela si deseas, o que ella se levante y quiera
estar otro rato aquí, pero todo tiene un término, antes o después, lo único
verdadero es que nos escogimos entre la brisa para fabricar amor, y ella lo dio
todo y hasta más
Raquel
Barranquilla, 28-12/14
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