Caminando por el muelle
EL CANOERO
Ahí estás canoero, ¿crees que no te vi?
Tengo una barquita de cristal
Que también me trajo hasta aquí.
Despacio en un bamboleo
Se mecían en un charco,
Sus vidas como troncos que bogan
Agotados de remar y remar
Traen los despojos que han arrojado
Como si no hubiera más.
¡Qué horror! ¿Cómo puedes vivir ahí?
Pero tu mutismo responde:
Tu mirada que no busca nada,
Tu boca oprimida entre partidos dientes
Me habla un poco de tu más allá
De los que nos creemos del más acá.
¡Qué fuertes manos!,
¿Quién te regala esa fuerza?
¡Es raro!, a veces tan solo esqueletos caminan
Pero tienen un brillo especial,
Son como los ángeles del lodazal
Que entre lazos y cuerdas
Aferran un árbol que murió,
Para que ellos sobrevivan
En éste desajustado mundo
Del sinsabor.
Me despedí sin levantar el brazo
El canoero madrugó, estoy segura
¿Traería ermitaños en su barca?
¿Qué le regalaría el viento?
Porque ayer fue muy oscuro el silencio
Tan solo el brillo de sus ojos
Advirtió, que existían las estrellas
Cerca, muy cerca del mar...
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 19/14
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