martes, 11 de noviembre de 2014

¿Y MIS VACACIONES?


42. ¿Y MIS VACACIONES? R215
Publicado pors en diciembre 11, 2010 en 7:00pm

 ¡Qué cansancio!... ¡qué pesadez de huesos!,
 De oficios repetidos en su cotidianidad...

Mi cuerpo exige respeto, está clamando una acequia...
Mis ojos añoran paisajes nuevos
Olores verdes y frescos,
Con una nueva puesta de sol.

Mi boca está sedienta de besos y mi cuerpo de abrazos...
Oficios repetidos agobiando vidas...
Hoy me siento así... cansada muy a pesar mío,
Vacía con el silencio de mis horas sin sentido,
Con tanto cuento repetido...

Cantos de aves sobre el castañeo de pisadas,
Sobre el camino rojo sembrado de pinos, y olorosos arrayanes,
Sabores a menta, a eucalipto tierno
Mojado por la lluvia suave, y movidos por el viento.
  
Mi cuerpo añora descanso,
Sobre esa gran piedra gris de mi infancia recordada,
Con su dulce y bella cascada transparente y platinada,
Adornando el entorno con sonidos simples y bellos,
¡Cantos de aves, llanto de crías, recibiendo sus bocados!

¡Cómo añoro los mirlos con sus melodías burlonas!,
¡Los azulejos, los turpiales, las palomas...!

¡Cómo extraño las flores!...
Las orquídeas de mis montañas...
¡Tus hermosas y níveas margaritas con su corazón dorado!

Añoro esa mirada, sus chistes... ¡mis carcajadas!
Estoy cansada... ¡sí!... ¡claro!... Por tanta arrogancia repetida
Por silenciar el desprecio de un hermano,
Por la frialdad de quien creyera mi amigo...

Cansada de éste calor que abrasa...
De la parquedad de mi situación,
La timidez de mi sombra...que teme abrir la boca.

Aburrida de cojines y almohadas perfumadas,
Tantas para ver... Pocas para disfrutar,
Mucho para limpiar el sucio de los demás.

Cansada de la indiferencia de quien vive a mi lado,
Agotamiento de oficios sin paga ni retribución.

¡Qué cansancio! … ya casi estoy dormida
Con el lápiz escribiendo tonterías...
Casi me lleva el agotamiento a un silencio total
¡Pero no!, ¡hay una gran algarabía, pues llegó navidad!

Ya casi me duermo…
Siento inquietud y tormento de levantarme de nuevo,
Y descubrir que aún no he hecho nada,
Están todos ahí... Y hasta más... Esperando por mí,
Tanta faena esparcida…
¡Qué pena me da por Dios!, ¡repetirlos día a día!

Cuánto diera por volver a mi niñez,
Trepar al árbol más alto como lo solía hacer,
Olvidar que soy mujer de oficios endosados
Mis brazos en alas convertidos,
Y escaparme como águila gigante...

¡Volar!... ¡Volar!... ¡Volar!
Hasta despertar en un cerro solitario
Sin oficios ni cansancios,
Sin penas ni pesar.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 11/10





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