viernes, 21 de noviembre de 2014

¿Y FLOR DE LOTO?



¿Y FLOR DE LOTO?
Ella tiene un secreto que guarda en su cofre de oro, sólo al sol dirá sus versos perfumados, cuando al amanecer aparezca, y sus rayos toquen sus pétalos, como traje de novia en cualquier estación en el tiempo.
El secreto de la flor de loto, no es tanto su belleza, sino que a pesar de todo, decide ser una divinidad en medio de la podredumbre donde habita.
Belleza, soy flor de loto en este bosque gris, pero amo la vida... brillo y perfumo, es la esencia de mi ser... quiero ser como ella.
No hay mentira en su mirada, su brillo es de luciérnaga en la oscuridad, haciendo sus llamados de amor en un mundo que va como un errante ave, sin encontrar el camino, tan hallado por las joyas que vuelan a su alrededor.
Le ama un colibrí, se lo dice cada día, pero ella no lo escucha, aunque su perfume regale a los vientos, y entre versos y versos un reclamo a esa miel de su boca, sea su anhelo.
¡Si me arroparan las flores de la primavera!, ni siquiera tengo conciencia de lo que soy, navego en aguas oscuras, ni pestilencia ni hedor, porque me resguardo en mi cofre, me escondo en el nido donde la anaconda vuelve profundidad el lago, y las niñas diminutas se llevan el oro guardado, sin un permiso, porque todo lo mío es de ellas, que al pasar, riegan mi polen, un favor por un beso, un día por un sueño, una hora por una esperanza, y una eternidad esperando un lucero.
Y encuentro la sabiduría al fin, era el color en un ámbar, era la luz sobre mis verdes hojas, era el árbol que me cobijaba del ardiente sol del mediodía.
Y hallé mi camino, entre rojos encendidos de vida, verdes de bosque, y azules de infinitos amaneceres, lejos, muy lejos del dolor y del miedo.
Guardé los pensamientos buenos, donde nadie los pudiera dañar, y divisé a lo lejos las aves en vuelo, caminé entre espigas de trigo, fue moreno el sendero, fue pintado de flores escarlata, y al fin, cuando se apagó el cirio, y se quedaron mis ojos viendo sin ver, fue que al fin encontré el verdadero amor, en el cielo.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 21/14

No hay comentarios:

Publicar un comentario