lunes, 24 de noviembre de 2014

TENGO ALAS


TENGO ALAS
Le pondré voz a esas alas que me llevarán lejos
Diré que nada es imposible, 
Y que una brisa leve me empuja
¡Ahhh qué delicia!
Los veo a todos, unos lloran, otros ríen, los más felices cantan
¡Ahí están!... se parecen a mí, gorjeos y rayitos de colores
Parecen flores pequeñas desde mi gran altura.
Un tibio me incita, ¡tengo hambreeeeeee!
Recordé que tengo mata hambre en la vieja alacena
Son una delicia con café caliente, con tinto de la vereda
Los granos de trigo y avena endulzados con miel
Como de tu boca esa húmeda lengua.
Nada dejará que caiga... 
Las montañas tan enormes son la gracia más leve
Porque baja un manantial, ¡son miles!
Anacondas tristes que agonizan en frascos
Y entonces, me vuelvo pálida y me alejo.
Ahora, veo soles en la espesura
Sus rostros morenos tienen alas amarillas
Siempre divinos, llenándose de luz
Aferrados de mi madre suspiran
Y en esos suspiros desprenden semillas
Para que otros tomen, 
Y resuciten nuevos girasoles.
Un gajo baja la cuesta, otro la sube
Enredaderas de colores como besos de mi madre
Sonidos de bosque, aromados y frescos
Y recuerdo que sobre la estufa 
Unas semillas se cuecen
Para bendecir la mesa.
¡Dios!, cuánto deseo seguir volando
Llama un grito en la espesura
Una violeta se desangra, 
Pero ante su ruego una horda llega
Es la providencia en manos de un ángel
Que sin saber, se la ha topado.
¡Oye!, no estemos pálidos
Me ruboriza pensar en su amor
Quiero correr y danzar en su piel
Como una ola perdida en alta mar
Joya lejana y ausente,
¿Cuándo regresarás?

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, noviembre 24/14



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