EN LA BARCA
Y al descender
sólo luz de sol,
bello amanecer...
Amor mío tú
como un rayo
o espiga al viento.
¿Qué más?
Agradecer por la vida
como por la muerte.
¡Vivir!, al fin, ¡sí!,
esta condena de amar
sin correspondencia.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 3/14
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