sábado, 22 de noviembre de 2014

ANTE ÉL


ANTE ÉL
Y también le robaré el color a las violetas, atraparé de la lluvia sus joyas matutinas, y luego, en medio de un café te pensaré, ¿me puedes decir el por qué de tu ausencia?, ¿para qué pregunto?, el gorrión sigue dando pasitos cortos, su vuelo del árbol inmenso al más pequeño, le ajustó a su vida una gran felicidad.
Y sigo bailando, el mar de hoy es como el oro, siempre matizando el mundo, llenando los ojos de perlas y volviendo brillante el sendero, para que el ermitaño decida salir y correr, no importa si dando sus pasitos al revés, para continuar por ese camino rocoso, en donde es seguro, estará su amor.
Las olas, con sus trajes golosos, las niñas coquetas del mar, donando besos y besos a la playa, al desnudo caminante, haciendo liviano su andar.
La gaviota feliz, apresando un contento, una vida que con ella viajará a la cumbre del cielo, y extiendo los brazos: ¡divino!, ¡qué sol!, ¡qué majestad es vivir!, pero qué triste alejados del mundo, en un rincón del universo, contando estrellitas de mar, y armando sueños con caracolas ausentes.
Pero al bailar, el mar es una sábana, ahora es una cometa, y volamos con él, ¡ábrete sésamo, que acaba de llegar mi amor!, sonríe, que no se ha mudado el sol...
Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, noviembre 22/14

No hay comentarios:

Publicar un comentario