MARIPOSA
En un huerto se hallaba mariposa
Danzando alegre sobre las rosas,
Y en su aleteo repetía:
-En donde hallaré un amante-
-Será que se oculta en el perfume de las flores-
Busco con ansias su favor
Ya que apremia sobre mí
Una voluntad mayor,
Para dejar entre el limonar
Perlados besos de Dios.
En el instante lo encontró
¡Azul brillante figurando un diamante!
Brillo de luceros tenían sus ojos pequeños
Y al rayar el día,
Danzando en su propio afán
Lo encontró bailando un solitario vals
Entre las flores.
Todo calló, -quién necesita ruido cuando el amor-
El silencio es cómplice de las caricias
Y cuando la orgía se desata
Enloquecen alas de colores
Y se vuelve un mágico lugar la fronda.
Un hilo invisible los unió
Como una cortesana con fines nobles
Sin más consuelo que el de su interior,
La mariposa rauda se alejó
Dejando un beso a su amante
Quien agradecido hizo estación en otra flor.
¡Ahí está! –Gritó emocionada mariposa-
¡Limonares en flor!
¡Qué magnífico olor!
Perlas y perlas desgranaba
Sin más amor que el entregado
Ebria de sol entre sus galas finas
Una suave brisa venida del norte
Con dulzura se la llevó mientras dormía.
En un guardado nicho bien escogido
Habitante de perfumados alientos
Se repetía la vida y se fabricaba un hijo
Con madrigales frescos de sol y elegías de luna
Se orquestaba un sueño tras otro,
Entre prisiones fabricadas,
Llenando de esperanzas cada óleo
Con música de ruiseñor
Y pequeños saltos de gorriones.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 4/14
Danzando alegre sobre las rosas,
Y en su aleteo repetía:
-En donde hallaré un amante-
-Será que se oculta en el perfume de las flores-
Busco con ansias su favor
Ya que apremia sobre mí
Una voluntad mayor,
Para dejar entre el limonar
Perlados besos de Dios.
En el instante lo encontró
¡Azul brillante figurando un diamante!
Brillo de luceros tenían sus ojos pequeños
Y al rayar el día,
Danzando en su propio afán
Lo encontró bailando un solitario vals
Entre las flores.
Todo calló, -quién necesita ruido cuando el amor-
El silencio es cómplice de las caricias
Y cuando la orgía se desata
Enloquecen alas de colores
Y se vuelve un mágico lugar la fronda.
Un hilo invisible los unió
Como una cortesana con fines nobles
Sin más consuelo que el de su interior,
La mariposa rauda se alejó
Dejando un beso a su amante
Quien agradecido hizo estación en otra flor.
¡Ahí está! –Gritó emocionada mariposa-
¡Limonares en flor!
¡Qué magnífico olor!
Perlas y perlas desgranaba
Sin más amor que el entregado
Ebria de sol entre sus galas finas
Una suave brisa venida del norte
Con dulzura se la llevó mientras dormía.
En un guardado nicho bien escogido
Habitante de perfumados alientos
Se repetía la vida y se fabricaba un hijo
Con madrigales frescos de sol y elegías de luna
Se orquestaba un sueño tras otro,
Entre prisiones fabricadas,
Llenando de esperanzas cada óleo
Con música de ruiseñor
Y pequeños saltos de gorriones.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 4/14
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