lunes, 9 de junio de 2014

HABÍA UN SOL (CUENTO)

HABÍA UN SOL (Cuento) L3R

9 de junio de 2014 a la(s) 9:05
Había una vez un caballero llamado Sol, amigo de la  vieja Luna, cierto día Sol estaba tibio, y  Luna ardía, las estrellas habían desaparecido, y todo se había despejado, pero Sol seguía oculto por días y días; nubes azules  brillantes ocultaban su belleza,  esto inquietó mucho a  Luna que dijo: tal vez si pinto mi rostro de blanco, pueda ser que si pareciera  que un astro de paso mordió mi frente... o si algún día me antojo en estar tan dorada como él, pueda fijarse en mí.

Pero no, Sol pasaba y pasaba, veranos, inviernos, primaveras, y  Luna estaba triste, porque él nunca le hablaba de amor, y se quedó prendida del cielo esperando  una mirada, un te quiero, un poema al menos, pero Sol estaba muy entretenido, y pensó que  Luna era muy necia y la olvidaría.

Luna se dio cuenta, y se contentó con estar desde la distancia viéndolo, tan solo aparecer, y regalar cucharadas de su brillo, para que ella se contentara al menos.

Lo vio bajo un árbol, jugando con una cámara a pintar sueños sobre mesas transparentes, lo adivinó entre los gajos secos de un árbol inexistente, cerca de un lago, sobre el mar, mientras ella corría y corría, pero nunca llegaba un amanecer  para estar junto a él.

Sol calló, ¿hasta cuándo?, -pensó Luna.

Me gustaría saber de un día, donde me diga que seremos uno, en cualquier mañana o cualquier atardecer, y que nos veremos desde una casa de madera, como los mejores amantes, los más fieles amigos, y los más dulces hermanos.

Sol se dio cuenta entonces, y encendió su mirada, tenía el rostro sonriente, y Luna se puso llena, se embarazó de su amor, y un mundo de poemas, parieron entre los dos.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, 9 junio/14



En una casita cerca del sol, vivieron los amantes por muchos años, y dicen que los encontraron abrazados bajo un roble, en un castillo donde había flores prohibidas que perfumaban mucho más que las demás.
En una casita cerca del sol, vivieron los amantes por muchos años, y dicen que los encontraron abrazados bajo un roble, en un castillo donde había flores prohibidas, que perfumaban mucho más que las demás.

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