AROMAS A MADRE
Huele mi estancia a café,
pareciera que hay fuego
pero la llama se extingue,
ausentes pasan como muertos
viendo hacia los andenes,
caminando sin saber hacia donde,
los niños de las esquinas.
Hay un aroma a ojos tristes…
¿Quién te dejó por ahí?,
-mi madre… -dice con sus párpados húmedos-
más de madre, ni siquiera un bosquejo…
El aroma de una madre es mágico
por dónde vas, te huele a ella,
a jóvenes flores sin ser primavera,
a hierbas morenas secadas al sol.
Ese olor… perdido en su verde mirada
y el girasol se queda pegado de la tierra,
donde brotan ahora canarios dorados…
¿Sabías que nadie muere?,
todo resucita de nuevo
cuando abren sus pétalos las flores.
¿Quieres niño bonito descubrir a una madre?,
ella pasará algún día, te llevará de la mano
te abrigará en invierno con su propia piel,
y no sentirás ese vacío de ahora.
¿Deseas que te enseñe el olor de una madre?
cuando llegues al bosque, sólo respírala
ella permite todo, y su cantar es el de todas las aves
con un vuelo mágico que se repite en las hojas,
cuando el rocío cae… y cae…
y se desvanece, ante la luz del sol.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 6/14

pareciera que hay fuego
pero la llama se extingue,
ausentes pasan como muertos
viendo hacia los andenes,
caminando sin saber hacia donde,
los niños de las esquinas.
Hay un aroma a ojos tristes…
¿Quién te dejó por ahí?,
-mi madre… -dice con sus párpados húmedos-
más de madre, ni siquiera un bosquejo…
El aroma de una madre es mágico
por dónde vas, te huele a ella,
a jóvenes flores sin ser primavera,
a hierbas morenas secadas al sol.
Ese olor… perdido en su verde mirada
y el girasol se queda pegado de la tierra,
donde brotan ahora canarios dorados…
¿Sabías que nadie muere?,
todo resucita de nuevo
cuando abren sus pétalos las flores.
¿Quieres niño bonito descubrir a una madre?,
ella pasará algún día, te llevará de la mano
te abrigará en invierno con su propia piel,
y no sentirás ese vacío de ahora.
¿Deseas que te enseñe el olor de una madre?
cuando llegues al bosque, sólo respírala
ella permite todo, y su cantar es el de todas las aves
con un vuelo mágico que se repite en las hojas,
cuando el rocío cae… y cae…
y se desvanece, ante la luz del sol.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 6/14

Ella sabía que la música era la mejor compañera, y nos enseñó que nunca estaríamos solos con ella.
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