Mariana lo paseó,
lo amó tanto,
que su historia quedó grabada
en un bosque lleno de flores.
Paseando a su beagle
quien duró,
lo que una flor
a campo abierto.
MARIANA
Ella es la niña de sus ojos
va de allá para acá;
el espejo es poco
para copiar tan lindo rostro,
tan de gacela su figura.
¡Marianaaaaaa!... ¿en dónde estará mi niña?
Ella juega con muñecos de trapo,
se mira de nuevo y se imagina una de ellas,
con escarpines que no quieren abandonarla
rosas en la boca, brillo de estrellas en sus ojos.
Ahora está de cumpleaños…
Un abrazo a la niña, una torta para celebrar.
Quedará el recuerdo
de una pequeña flor jugando con muñecas.
¿Cuántos años cumple Mariana?
¡No importa!… los de niña, esos no volverán;
sólo quedará su imagen entre las aguas de la vida,
tan cristalina como su andar.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 6/14
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