sábado, 12 de abril de 2014

SÍ, AHORA

SÍ, AHORA...

12 de abril de 2014 a la(s) 11:59
Cuando del bosque las flores amarillas

y de éste loco corazón una quimera…



Sí, ahora, cuando me enternecen las flores

me cautivan los rojos encendidos como hogueras,

el  trino de un ave, una gota de rocío…



Descubro que las flores mínimas son las más perfumadas

que las grandes tienen la gracia de ser vistas,

y las hojas secas se pisotean a diario…



Sí, ahora, que el aleteo de una mariposa

se antoja para mí en ser tu boca,

y el  levantar vuelo las palomas me pacen almas

que han dejado una cárcel, para escaparse al cielo.



Ahora que una flor abre  sin ser primavera

y las cascadas, se me antojan en millones de granos de arroz

que en desbandada caen…



Yo flor de loto, oculto el rostro bajo un lago oscuro

y la belleza descubro cuando estoy a solas…



Entre amarillos y rojos la vida se oculta

llegando los negros a ocupar el espacio,

pero ahora… un suspiro de hojas verdes en la llanura

invitan de nuevo al poeta, a declamar un verso.



Un espejo de agua clara, un ave  retozando en ella,

¿no es mágico estar aquí?,

aunque un muro sin enredadera sea el mío

sólo el vacío ocupa la brisa, pero es ahí, en donde brota la vida

y son espacios pequeños para consultar con el corazón,

buscando respuesta entre las hojas secas y su palidez.



Las abejas roban  miel  de sus flores

el oro cubre sus pies para devolver honores,

un mundo nuevo cambiante, esperanzador,

la blanca flor se vistió de violetas,

y las gotas de rocío como esmeraldas vivas

corretean por las hojas, como niñas felices.



Pero  ahora ya no existe…,

se ha ido entre las cometas grises

que corren veloces, sobre las montañas.



Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, abril 12/14



Fue la roca, quien regaló su fuerza, y su paciencia, se transformó en un amor multiplicado por días y segundos de callar y llorar, pero también, de bendecir los días de lluvia, y los de intenso verano, que los unieron...
Fue la roca quien regaló su fuerza, y su paciencia, se transformó en un amor multiplicado por días y segundos de callar y llorar, pero también, de bendecir los días de lluvia, y los de intenso verano, que los unieron...

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