sábado, 12 de abril de 2014

BUSCANDO FELICIDAD

BUSCANDO FELICIDAD

11 de abril de 2014 a la(s) 6:36

Un ave es tan feliz, 
¿qué le pide a la vida más que un árbol?, 
danzando va, aunque haya lluvia, 
y danzando se aleja en medio de cantares.

Fui a tu ventana

pero ella estaba cerrada para mí,

felicidad quería huir y corrí  hasta la montaña.



¡Felicidad!, grité mucho, 
hasta en el silencio la busqué,

el grito traspasó fronteras, 
mi propia pared.


Hice el ridículo una y otra vez,

me reí de cada locura, pero insistía,

ella tenía que estar en algún sitio

y seguía corriendo.



¿Estás en la negra mirada de sus ojos?

¿Te has escondido en la cascada para ir al mar?

Más ella no respondía, 
y pasaba sin mirar…



¿Qué  tantas propiedades tiene un ave?

¡Es tan feliz así!,
 la escucho siempre trinar,

y de rama en rama picotea

de flor en flor contenta permanece

adornando el mundo sin enterarse

amando sin medida 
sin conocer la razón.



Hasta las hojas secas son felices.

Me di cuenta que felicidad estaba ante mis ojos

¿Para qué buscarla donde nunca le hallaré?.


Decidí que entre los mininos abandonados

los que ayer corrieron y me vieron a los ojos,

eso que vi en ellos era felicidad,

pero lo mío fue dolor…



Tal vez nunca sea hallada, 
pero ellos felices son.

¿Eres un bebé abandonado?
¿Quién tuvo ese mal corazón?

Esperando de la lluvia y el sol, 
bajo una débil rama

regresé a casa de nuevo intranquila:

¿Es acaso felicidad éste eterno llorar?



¿En dónde estás?...
Viendo hacia el bosque lo pregunté.

Las hojas danzaban un vals, 
y los toches tejían con amor un nido.

Perlas blancas se ocultaban del hombre

y felicidad hizo ronda ante mis ojos

antes de ser hallada.



Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, abril 11/14




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