EN LA MEMORIA
Te has quedado en la memoria de un pájaro amarillo
en un paisaje de azules y verdes,
de río cobrizo adornado por flamencos rosados
y en el pico de una montaña, con sus blancos nevados.
Te vi partir antes de amanecer…
Dirán, ya oí, ya lo dijo, hasta el cansancio
¿Acaso es la madre de él la que estoy recordando?
Y te vi partir como una niña desnuda
¡un traje blanco, solo eso, y mis rosas!
¿Será que no olvidas un crucifijo en mis manos?,
y se quedó en la memoria de un libro negro sin leer
la historia de una paloma pequeña,
que anidó desde temprano
y sus huesos se quebraron,
sin más huella que sus negras manos.
¿Amanece ahora?, no recuerdo…
es diferente el pico de la montaña
parecieran mis cabellos como los tuyos, de otros tiempos
y el mar ahonda en suspiros, sobre mi corpiño ajado.
¡Qué no lo repita más!, ya está cansona…
Que no lo diga más que han sido muchos poemas…
Pero ahora… quien se fue era mi primavera
para quedarse en la memoria un jardín pálido
¡llenito de perlas!
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 16/14
Yayita.
en un paisaje de azules y verdes,
de río cobrizo adornado por flamencos rosados
y en el pico de una montaña, con sus blancos nevados.
Te vi partir antes de amanecer…
Dirán, ya oí, ya lo dijo, hasta el cansancio
¿Acaso es la madre de él la que estoy recordando?
Y te vi partir como una niña desnuda
¡un traje blanco, solo eso, y mis rosas!
¿Será que no olvidas un crucifijo en mis manos?,
y se quedó en la memoria de un libro negro sin leer
la historia de una paloma pequeña,
que anidó desde temprano
y sus huesos se quebraron,
sin más huella que sus negras manos.
¿Amanece ahora?, no recuerdo…
es diferente el pico de la montaña
parecieran mis cabellos como los tuyos, de otros tiempos
y el mar ahonda en suspiros, sobre mi corpiño ajado.
¡Qué no lo repita más!, ya está cansona…
Que no lo diga más que han sido muchos poemas…
Pero ahora… quien se fue era mi primavera
para quedarse en la memoria un jardín pálido
¡llenito de perlas!
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 16/14
Yayita.
Duerme la niña, ¿no es dormir ese lento morir, que acorta la vida?, no quiero dormir tampoco ahora, pues perdería muchos segundos, para recordar que aún vivo.
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