lunes, 3 de marzo de 2014

Y LLEGARON...

Y LLEGARON…

2 de Marzo de 2014 a la(s) 17:05
Estaba arriba del Dios montaña, y vi a los dragones
Unos venían en caballos, eran más grandes que los nuestros
Tenían unos monstruos que votaban fuego y a la vez herían
Para otros fue lento ir a los brazos del sol
Y nuestros corazones de guerreros
Hicieron frente a sus enormes batallones
Resistimos hasta que el hambre y la sed obligada
Nos tendió de cara a nuestra madre, abrimos  los brazos
Con las ganas de luchar en la mirada,
Porque la dignidad la habían hecho pedazos.

Tomaron a nuestras mujeres, las flores que sembrábamos
Y que desde sus vientres nos regalaron la dulzura de otro ser
Fueron abusados los niños, que eran la promesa
De un nuevo amanecer
Vejaron a los ancianos e irrespetaron su saber.

Arriba de la montaña los vi… parecían buitres al acecho
Nos brindaron sus manos en son de amistad
Pero sus ojos mentían, cuando no miraban los míos
Y sentimos el miedo, desde arriba nos dimos cuenta
Que había llegado una maldición para los nuestros.

¿Qué era pecado?... hasta que ellos lo dijeron lo supimos
No era pecado amar, y amábamos antes de que nos enseñaran
No era pecado besar…no sabíamos lo que era besar
Pero sí sabíamos reír y cantar…

¿Qué nos trajeron en realidad?...
Padece nuestra madre al verlos llegar
Luceros mil brillaron en el cielo
Se arroparon las aguas de sábanas rojas
Y se tiñeron los bosques de lágrimas secas.

Arriba de la montaña… con él… veíamos todo…
Nos abrazamos y él acarició mis trenzas
Enredó sus dedos en mi corazón
Y arriba de todo… nos entregamos
Cuando nuestra Diosa luna salió de paseo
Dejando un tejido brillante y su rostro  de plata
Como la cabellera de nuestros padres.

Sobre las hojas secas…todo fue amor
Quisimos enseñarles, pero no aprendieron
No saben que mañana no estarán
Que no han vivido por querer poseer
Que no han disfrutado por querer siempre más
Que no saben amar a los Dioses
Ni respetan el corazón de mi madre.

Arriba de todo… los vi…
Sentí mucho miedo…
Inicié a correr cuando vi sus cadenas
Y arriba de la montaña abrí las alas para volar…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 2/14


Sobre una puerta de madera de mi alcoba, se reflejaba un rostro, tenía miedo, era joven,  y muchas plumas adornaban su cabeza. Ahora comprendo... necesitan voces...
Sobre una puerta de madera de mi alcoba, se reflejaba un rostro, tenía miedo, era joven, y muchas plumas adornaban su cabeza. Ahora comprendo... necesitan voces...

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