lunes, 3 de marzo de 2014

MI CACIQUE DEL AMOR

MI CACIQUE DEL AMOR

2 de Marzo de 2014 a la(s) 8:13
Tan cerca de ti, que hasta me puedes sentir...
 vivo en la brisa, vivo en el sol, 
vivo en todo lo que tus ojos ven, 
porque yo soy el amor...


Ellos llegarán entre la espesura, a reclamar sus tierras, y la herencia que nos dejaron, pasará a otras manos, que las amarán... nosotros pasaremos como los verdugos del planeta, que sólo vinimos a destruir la obra del gran Jefe, mi Cacique del Amor.

¿A quién han crucificado?... a todos… a los pobres sin techo ni oportunidad que corren por las calles, y buscan consuelo  entre la sangre de las amapolas y su blanca hiel…

¡Si viniera mi Cacique de nuevo!… pero él llora, quiso regresar al bosque perdido, y nos encontró enajenados dañando su obra, como cerdos dentro de un jardín plantado de rosas…

Dandi sigue recorriendo las calles con sus pedazos de cartón, su cama lecho de rocas, y su mirada perdida… la boca reseca, los pómulos hendidos, y esa mirada, que no pierde brillo… y a veces cuando lo miro, descubro que ahí estás amado mío.

Mástil teñido de dolor son las montañas… tu sangre derramada, los niños abusados que no desean un mañana, la gente que camina por ahí, se arrincona sin saber qué camino coger…y yo aquí… describiendo las miserias de la vida, como una obligación consentida, donde los caminantes no dejan huella, sino rostros cansados y pieles arrugadas…

Mi Cacique no tiene plumas en la frente, sino todas las espinas de los cardos, todas las bombas que se sembraron en el bosque, y todas las piernas de niño las carga de nuevo, para armar y rearmar sus juguetes…

Los perros siguen ladrando a quien pasa… pobres que huelen a miseria… y hasta para ellos no son bienvenidos, y yo me quedo aquí, pensando en tu boca, quiero quitar tu vestido, y desnudo mi alma cuando me provocas…

Bendito amor que me has regalado las manos, que has bendecido mi vida con nueva salud y tres aves, muchos niños con ojos brillantes, y esa luz del día que se antoja en arroparse con una cobija oscura en la noche.

¡Sé que te duele!… y veo el cansancio sobre las hojas secas, pero tu misericordia permite nuevos brotes, tiernos y hermosos… y me dices: mañana será un día que llegará, aunque pretendas decir que el mañana es incierto, ya lo verás…no dudes del sonido del bosque, ni dudes del brillo de las estrellas, ni rezongues por lo que te toque ahora…  tu mañana será un mañana bendecido, lleno de flores, y tu espacio será mi espacio, aquí donde mi corazón apresa lo pequeño, y lo guarda como un perfume caro en las pequeñas flores del bosque.

¿Y dicen que no hemos crucificado de nuevo a mi Cacique?...

Pero él no dice nada… acaba de montar en su caballo blanco, y las nubes corretean juguetonas, los cantares del amor parecen brillar cuando él asoma, y un mágico iris tiembla en mis ojos…

¡Oh amor mío!... y sigo pensando en tu boca…Él lo sabe…me dijo: espera…no hablas sola…yo estoy pendiente de tus pupilas, y me he quedado ahí enredado entre esas flores pequeñas, en ese girasol que está pendiente de alzar la mirada, cuando me detalles hoy, al salir a la calle, y me veas cambiado, con relucientes luces que danzan con la brisa… ya los has visto alguna vez, y era yo… quien te consolaba, y era yo, que cambiaba de traje, para verte feliz.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 2/14



No hay comentarios:

Publicar un comentario