miércoles, 12 de marzo de 2014

GRITANDO

Imagen: Internet


GRITANDO

Me gustaría gritar fuerte...
Asomar a la puerta de mi casa, y que se enteren hasta los chismosos de la cuadra de abajo...

Quisiera repetirlo sin estar borracha, pero creo que me antojo ahora, ¿qué tal que mañana para mí no llegue?

¡¡Te quieroooo!!

Un nuevo día pensando en ti, es lo más bello que me ha sucedido. Ya no deseo escribir, ni correr, sólo volar y hablar conmigo, y con el amor  que aparece entre mis letras, pues ese vacío lo llena saber que estás, aunque sea un instante, que puedo escuchar lo mismo que escuchas, y que puedo imaginar que estoy contigo, sin el compromiso de una prisión, ni una cadena, sino con la libertad que me da amarte cómo eres, sin exigirte nada, sin hacer preguntas, siquiera si puedes sentir algo por mí, o si realmente existes, o eres otro sueño, dentro de mis sueños de cada día.

Ojos van y vienen, pero ya no me importan, tanto engaño, hizo que el poco amor que existía se esfumara, sólo soporto, y espero que lleguen días mejores.

La vida no ha sido fácil, pero estoy en ese momento, en que puedo tener la certeza de que el amor está, aún entre las sombras, bajo la nieve y sobre ella, y le pido a Dios cada segundo, porque ésta llama se encienda en tu corazón, como está en mí encendida… ¿Tienen ojos y oídos los duendes que me invitan a charlar con un  amor imaginario?

Te dije, que tan solo ver tu imagen me llena de energía, una imagen blanca, llena de luz…como si un cable eléctrico se conectara a mi piel, y me siento viva, feliz de sentir tu presencia, y saber que mi alma se acerca a ti con cada toque, y cada blanco traje de tus bosques, que tal vez en un instante, cambiarán a verdes intensos.

Paso a dejarte un abrazo, mi poema bello de amor tiene sentido, porque no lo dirijo a un árbol seco, sino a una ser maravilloso, que tiene sueños y fantasías, casi iguales a las mías, y en éste poema te hago el amor, como ayer, como mañana, sin que por esto me tildes nunca de persona perversa o malvada, por el solo hecho de sentir algo por  un cóndor, que vuelve las alas blancas entre la nieve, pues eres entre mis sueños alados, mi ave preferida.

Te quiero... eres la musa más linda que me trajo un día de febrero y no te cuento qué día... sólo un día en que me sentía muy sola.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, marzo/14

No hay comentarios:

Publicar un comentario