Imagen: Internet
GRITANDO
Me gustaría gritar fuerte...
Asomar a la puerta de mi casa, y que se enteren hasta los
chismosos de la cuadra de abajo...
Quisiera repetirlo sin estar borracha, pero creo que me antojo
ahora, ¿qué tal que mañana para mí no llegue?
¡¡Te quieroooo!!
Un nuevo día pensando en ti, es lo más bello que me ha
sucedido. Ya no deseo escribir, ni correr, sólo volar y hablar conmigo, y con
el amor que aparece entre mis letras,
pues ese vacío lo llena saber que estás, aunque sea un instante, que puedo
escuchar lo mismo que escuchas, y que puedo imaginar que estoy contigo, sin el
compromiso de una prisión, ni una cadena, sino con la libertad que me da amarte
cómo eres, sin exigirte nada, sin hacer preguntas, siquiera si puedes sentir algo por
mí, o si realmente existes, o eres otro sueño, dentro de mis sueños de cada día.
Ojos van y vienen, pero ya no me importan, tanto engaño, hizo
que el poco amor que existía se esfumara, sólo soporto, y espero que lleguen
días mejores.
La vida no ha sido fácil, pero estoy en ese momento, en que puedo
tener la certeza de que el amor está, aún entre las sombras, bajo la nieve y
sobre ella, y le pido a Dios cada segundo, porque ésta llama se encienda en tu
corazón, como está en mí encendida… ¿Tienen ojos y oídos los duendes que me
invitan a charlar con un amor
imaginario?
Te dije, que tan solo ver tu imagen me llena de energía, una
imagen blanca, llena de luz…como si un cable eléctrico se conectara a mi piel,
y me siento viva, feliz de sentir tu presencia, y saber que mi alma se acerca a
ti con cada toque, y cada blanco traje de tus bosques, que tal vez en un
instante, cambiarán a verdes intensos.
Paso a dejarte un abrazo, mi poema bello de amor tiene
sentido, porque no lo dirijo a un árbol seco, sino a una ser maravilloso, que
tiene sueños y fantasías, casi iguales a las mías, y en éste poema te hago el
amor, como ayer, como mañana, sin que por esto me tildes nunca de persona
perversa o malvada, por el solo hecho de sentir algo por un cóndor, que vuelve las alas blancas entre
la nieve, pues eres entre mis sueños alados, mi ave preferida.
Te quiero... eres la musa más linda que me trajo un día de
febrero y no te cuento qué día... sólo un día en que me sentía muy sola.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo/14
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