viernes, 28 de febrero de 2014

LÁMPARA ENCENDIDA

LÁMPARA ENCENDIDA

28 de febrero de 2014 a la(s) 9:09
Lánguida noche parece
Presencia tuya tan amada
¿En dónde estás ahora?
Trato de olvidar mis viejos quereres
Y el canto del ave triste en la montaña
Como si llorara en su cárcel vieja,
Añorando el sabor de tus labios
Oliendo a ramitos de limón tierno,
Con  ese inconfundible olor de los cerezos
Me dice que te alejas, pero la fortuna te regresa.

Pasa el tiempo y no hay voces…
Llega la noche con el vacío de siempre
La misma lámpara, repetidos ruidos
Otra mariposa blanca estrellada ante su luz…
Tan idénticos sones que no me asombran
Hasta que mis manos  pequeñas te arropan
Abarcando el  mundo con mis sueños y los tuyos.

¡Acércate!…no pases de largo…
Que sienta tus caricias entre la nieve
Suave huelen los pinares
Los aromas tienen trajes de colores
Que al cerrar los ojos me inspiran
Y al abrirlos y no verte, me entristecen.

Que si te quiero…no lo sé…
¿Qué es acaso esta sensación de verte
Y a pesar de no tocarte, poseerte?
¿Qué es acaso éste calor ante tu mirada
Un vértigo…mis manos temblorosas me aprietan
Te desnudo, te mojo, te ahogo
Más solo soy yo… viéndome al espejo?

¿Qué será el amor entonces?
Fuego dulce que de mi vientre arma juguetes
Donde la vida reclama ardores y pasiones
Y tal vez muera sin tenerte…

Pero llega la calma… la noche no me deja dormir
Todos han muerto ahora… que no despierten
Que ronquen como el mar cuando está enojado
Que sus brisas se ahoguen bajo las sábanas.
Atrapando tu pensamiento estoy despierta
Porque no quiero morir durmiendo…

¿Oyes ahora?...los ruidos de la calle
Todos corren con sus prisas…nada importa
Amo éste silencio de ahora porque puedo tenerte
¡Sombra mía!... amor de febrero…
Quédate ahora en mi pupila
Como un óleo ausente del mundo que te hace girar
Y nos emborrachamos de pasión un rato más
Con la música que otros nos dejaron
Con los violines que lloran por nosotros.

Me acerco un poco… no podaré mi poema
Será como hacer el amor con fiereza
Cuando entre tanta sed de amor nos descubrimos
Viendo que estamos aquí por algo…
Y en éste desconsuelo nos quisimos.

Un instante tan solo es  suficiente
Si puedo amarte, como lo hacen las gaviotas y el mar
Y las olas cuando visitan la ardiente playa
En un vaivén sin fin, de ir y regresar
Como amantes despojados de mentira.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 27/14




No apagues ésta llama de amor, no fui quien la encendió, sino un poder más alto que yo.
Imagen: Internet

No apagues ésta llama de amor, no fui quien la encendió, sino un poder más alto que yo.

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