viernes, 28 de febrero de 2014

CUANDO LLORE EL VIOLÍN/A José María Arguedas



“Ese hermoso día…
En que nuestros pueblos volverán a nacer viene, lo siento,
Siento en la niña de mis ojos la aurora”
José María Arguedas


CUANDO LLORE EL VIOLÍN/ A José María Arguedas

Escucha en silencio... 
El hombre de madera llora, 
cuando una lanza le acaricia, 
y el hombre con alma, 

entiende los mensajes que trae la brisa.

Y  llegó la aurora… recios árboles a recordar un día
De ellos, sus  miradas tan limpias, sus manos tan llenas de vida.

Recuerdo que hubo dolor, la vi cuando era abusada una flor…
Mi angustia fabricó sus  risas, y aún escucho carcajadas…
Tienen sed de carne y ansias de brindar con el dolor ajeno.

¡Allá bosque mío!... amigos míos, corazones limpios
Cual quebradas que bajan ruidosas por la cuesta
Me hice amigo de las hojas secas, del cantar de las aves;
El mar fue compañero de viaje y junto a ellos
Encontré un motivo para ser feliz.

Algún día…cuando ya mis ojos busquen las estrellas
Y mi estática silueta, sus voces no escuche,
Sólo, que suene el violín,
Cuando bajo tierra sea sembrado.
Tal vez su voz llorona les recuerde
Que si no llegamos a dar amor
Es mejor no haber nacido.

¡Silencio!...no hagan ruido… ¡Shhh!…
Una espada ha hecho vibrar las cuerdas de un hombre de madera
Y el violín de nuevo hace llorar a quien tiene alma.
Pero yo… sólo voy pasando sobre las veredas
En las que nadie olvidará mi nombre,
En tanto asciendo con implacable calma.

Una voz nueva traen los bosques
Ya todos  los malvados se han ido
¡Retornen ya, amigos  en pena!...
Reclamen sus montañas y sus madreselvas…

El manantial anhela una vez más el musgo fresco
Los tambores del corazón palpitan
Su llamado tiene vida y pasión…
Bramadora lluvia retorna sobre los desiertos, y el verdor regresa…
¡Vienen todos, volando y corriendo!…

Parecen corazones de amantes
Cuando a la sombra de un almendro
Se han citado, y sobre las hojas que parecieran cantar,
Se escuchan lamentos con sabor a miel.

Sus gemidos huelen a caricias,
A esas caricias de la brisa
Mientras las flores se abren
Y los colibríes despiertan,
Cuando un nuevo día inicia.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, Colombia, febrero 27/14

(ANTOLOGÍA ALFRED)





1 comentario:

  1. Pasaré a recordar, y en mi blog deposito el alma del poeta que viaja hacia la misma vereda que nuestros sueños, y me voy a dormir 5 minutos, que pueden ser una eternidad. Comparto aquí o allá, o en cualquier pared en blanco que acuda a los ojos, donde no tenga que pagar por ver el paisaje ni fiar una nevera, ni alegar que no tengo cuenta en ningún banco porque así lo quiso el destino, aliviar el peso de las ganas con poesía.

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