sábado, 22 de febrero de 2014

LA PERDIZ Y EL VIENTO

LA PERDIZ Y EL VIENTO

20 de febrero de 2014 a la(s) 13:08
Estaba feliz, cuando  la vi abrir sus alas a un nuevo día…
Sus pequeños sonidos ¡fiuuuuu fiúuuuuuu!… una y otra vez
Y su poeta no asomó más… se fue la emoción,
Se espantó la música,
Y ella simplemente se arrinconó de nuevo.
Sus pichones eran su motivo bajo el sol, una vez más…

¡Qué hermoso día!... arregló todo lo que estaba en desorden, pues la brisa había lanzado las ramas secas que ella con tanto amor había organizado el día anterior, pero a fuerza de costumbre, levantó sus pequeños ojos al Creador, y agradeció por el privilegio de un día más, para soñar y desvestir praderas, para con sus hijos estar.

Pero en el instante de regocijo, el huracán la abatió de nuevo…
Era un ruido ensordecedor y violento… parecían fuego sus ojos, y sus manos no se llenaban, no quería entregar sino recibir, y algo… un algo extraño, le invitaba a volar hacia un nido que ya tenía armado… eso pensó la perdiz…

¿Te afanas ahora?... –le dice el viento…
De peores huracanes te ha salvado el Creador, y aún continúas con tus ocres plumas, confundida entre las sombras que dan las praderas, y por si algún fuerte sonido te levantas,  ellos continúan su camino,  sin que nada  dañe  tu alrededor.

¿Ves tus perlas, qué lindas son?
Con el tiempo, ellas seguirán escuchando tus llamados… nada temas… nada te abrume, ni la enfermedad ni la tristeza, ni la soledad, porque nunca estarás sola… me tendrás a mí junto a tu corazón, tocando tu piel, consintiendo donde no ha sido tocado, acariciando tus plumas plateadas y tus grises fantasías,  que sólo son un contento para tu corazón.

La perdiz de nuevo respondió: ¡fiuuuuuu!... ¡fiúuuuuuuu! …
Cual lastimero llanto que se trucaba en alegría, al segundo
Cuando en respuesta escuchó la melodía que la invitaba de nuevo a cantar… y su corazón, como campana olvidada, invitaba a fiesta… y ahí estaría con él y con sus polluelos…inventando poesía que el viento le regalaba…

¿Ya te vas viento amigo?.. ¿Viento vida, viento amor?
Y el viento no se alejó…
Un gran suspiro advirtió que se quedaría con ella, hasta ese final…
Cuando la vería volar con los ojos descubiertos a la inmensidad de un azul profundo
Y él se quedaba con su hálito.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 20/14


Escuchar el sonido de una perdiz, es como el suspiro de una mujer enamorada.
Escuchar el sonido de una perdiz, es como el suspiro de una mujer enamorada.

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