FUEGO
¿Te falta cera, te falta alumbre,
Para encender el fuego de la costumbre?
Busco ahora tus hojas secas
Están frías como el viento que azota tu ventana
Quito el rocío y les doy un beso
Es para ti, para abrigarte un poco
Y quitar éste viejo embeleco mío.
Empieza a prender, de a poco…
Pero ante mi calor se apaga de nuevo.
Como un duende vencido entre las sombras
Clavo mis colmillos de víbora en tu cuello
Y por fin te rindes.
Inicia su fulgor, rojo, amarillo, azul…
Parece una danza, me gusta bailar
Apriétate sobre mi leño seco
Mueve la llama su traje de seda
Y el mundo gira como tu canción.
Sortilegio mío, amor imposible…
Ajústate a las mañas de mi cuerpo
Sanan las heridas viejas, toca suave
Que no se ampolle mi piel por tenerte.
Flores insepultas sobre un blanco lecho
Agoniza el sol en la tarde, y ellas se duermen
Un hilo de seda clara,
Como lágrimas perfumadas las cubren
Y yo, sedienta de ti me pego de tus labios.
¡Abrázame ahora!… ¡sólo ahora que estoy sola!…
Me tengo a mí, para abrazarme creyendo que soy tú…
¿Qué más esperas?... te digo te quiero como el sonido de la brisa
Con la pausa de un beso alargado, y mi lengua movida en ti.
Ahógame ahora entre ésta llama viva
Mientras parpadeo un instante para verte
¿Sonríes?... ¡jajajaja! Yo también…
De felicidad por ver brillar tus ojos
Y aliviar tus viejas ansias de amar
En mi fuego encendido.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 13/14
Para encender el fuego de la costumbre?
Busco ahora tus hojas secas
Están frías como el viento que azota tu ventana
Quito el rocío y les doy un beso
Es para ti, para abrigarte un poco
Y quitar éste viejo embeleco mío.
Empieza a prender, de a poco…
Pero ante mi calor se apaga de nuevo.
Como un duende vencido entre las sombras
Clavo mis colmillos de víbora en tu cuello
Y por fin te rindes.
Inicia su fulgor, rojo, amarillo, azul…
Parece una danza, me gusta bailar
Apriétate sobre mi leño seco
Mueve la llama su traje de seda
Y el mundo gira como tu canción.
Sortilegio mío, amor imposible…
Ajústate a las mañas de mi cuerpo
Sanan las heridas viejas, toca suave
Que no se ampolle mi piel por tenerte.
Flores insepultas sobre un blanco lecho
Agoniza el sol en la tarde, y ellas se duermen
Un hilo de seda clara,
Como lágrimas perfumadas las cubren
Y yo, sedienta de ti me pego de tus labios.
¡Abrázame ahora!… ¡sólo ahora que estoy sola!…
Me tengo a mí, para abrazarme creyendo que soy tú…
¿Qué más esperas?... te digo te quiero como el sonido de la brisa
Con la pausa de un beso alargado, y mi lengua movida en ti.
Ahógame ahora entre ésta llama viva
Mientras parpadeo un instante para verte
¿Sonríes?... ¡jajajaja! Yo también…
De felicidad por ver brillar tus ojos
Y aliviar tus viejas ansias de amar
En mi fuego encendido.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 13/14
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