jueves, 16 de enero de 2014

PARA TI, PARA MÍ

PARA TI, PARA MÍ

Cuando quieras decir algo, simplemente debes decirlo, aunque los silencios hablan más que muchas palabras...

Cuando debas quejarte de alguien, no se lo digas a otros, hay maneras para hacer llegar tu mensaje.

No te quejes si tienes hambre, ya que ella nos ayuda a ver que otros también la tienen, y que no se siente bien.

Cuando quieras hablar conmigo, hay una bandeja de entrada, no pongas burla a lo que otros hacen, mira a ver qué haces…

Cuando tengas hambre, no me reproches nada, tal vez aquí también hacen falta muchas cosas, pero tienes la oportunidad de trabajar y conseguir tu alimento, yo trabajé desde los 8 años, no soy una santa, pero tampoco me gusta que me humillen, hay que levantar el rostro, no importa si hay hambre, si nos da temblor en el cuerpo, si a pesar de no haber nada ahí, sientes ganas de vomitar, es normal, eso no es malo, lo malo es juzgar a los demás y hacer juicios severos, sin conocer a la otra persona, ni las goteras de su propio rancho.

Si los demás tienen más que tú, ¿es acaso tu problema?, ellos tuvieron más suerte, pero no te afanes por eso, tu historia también puede cambiar, si dejas de mirar el camino ajeno…

Ahora, procura ser un ejemplo no para los demás, sino para que te sientas orgullosa de ti misma, no hables nunca de tu familia, pues en los momentos difíciles, es la familia quien está presente.

¿Qué te vistes con ropa ajena?, ¿te da pena eso?, pena debería darte que botaras lo que otros te regalan, también mis primos me regalaron su hermosa ropa, y fui orgullosa con ella, más no soberbia, tenemos que ser humildes y agradecidos, en épocas difíciles la familia estuvo ahí como abejas en la miel, y también nos llegó el momento de escoger la ropa sin estrenar, para donarla a otros que no tenían posibilidad de comprar.

¿Qué tengo muchos perros y gasto dinero comprándoles la comida? ¿Crees que ellos son mi ruina?... en épocas difíciles mi Jefe me dijo algo al oído, y ellos me ayudaron, ahora mi turno es ayudarlos y darles lo que necesitan, pues a mí ninguna persona me regala un grano de comida para ellos, todo viene de la mano de Dios y no me hace reclamos.

Deja tu perro orgullo, yo estoy tratando de abandonar el mío… ¿finalmente de qué sirve eso?... de nada… cuando tengas hambre no hables de tu familia donde sobra la comida, simplemente llega de visita a la hora del almuerzo, o antes, siempre habrá algo para brindar con amor, pero no renegar de nuestra suerte, porque estar vivos es de por sí un tesoro, y por ello debemos doblar las rodillas cada segundo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 13/14

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