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CUANDO
LA LUNA
Casi
que prende mi piel cuando la luna,
el
ruido de los cascabeles en el baño
las
gotas de rocío por tu piel,
y
éste fuego mío que me hace temblar.
El
ruido fuerte, como un ronquido,
¡qué
asco!... perfumo la estancia y olvido…
y
de nuevo recostada viendo de reojo sus brazos.
No
están mal para lo que viene…,
son
fuertes, peludos un poco,
un
cuello fuerte, una boca – ¿se habrá cepillado?
más
recordé un sí, de ruido desaforado.
El
estuche…,
¿para
qué carajos dejará el perfume en la caja?,
más
el ruido de una brizna, como lluvia fresca
ese
olor a pino que regresa, y de nuevo mi calor.
Ahora
recordaba algo:
¿uno
por mes no es muy poco?,
casi
no mira mis pechos ahora, ni mis nalgas,
todo
pasa tan veloz, mientras un ahogado
suspiro,
voltea
el culo y a roncar.
Pero
estoy segura que esta noche si…,
aunque
no lo crean, hubo reconciliación;
me
miró un poco, ¿sería brillo en sus ojos?,
algo
asomó del ayer…, y sigo esperando
viendo
hacia la pared, recostada en esa misma almohada
donde
las sales de mar me conocen,
y
yo las descubro cada amanecer.
¡Ya
ésta!…¡ de nuevo ha regresado!…,
de
soslayo miraré sus nalgas,
todavía
están apretadas, muslos fuertes,
como
gemelos que esperan mis manos
y
los míos ansían las suyas…
¡Hace
tanto rato que no viene a mí!,
creo
que olvidé el sabor de un beso,
¿acaso
alguna caricia ha quedado en mi piel?,
otras
pieles se quedaron con lo mío
pero
yo lo tengo a él…
¡Vana
cosa!..., ahí está…
parece
que orara, pero todo aprisa, corriendo
¿lo
escucharán esos santos viejos?,
quiere
espantar los demonios
pero
ellos se quedaron aquí.
Un
movimiento fuerte… ¡hey marica, estoy despierta!
Sí,
pasa tus manos por ahí… ¿qué esperas acaso?
cuando
trato con las mías te ahuyentas…,
pero
ahora… ¡oh Dios! ahora tengo ganas de ti.
Me
cansé de esperar…
“el
sueño vence lo que la dicha no alcanza”
¿es
un pensamiento de alguien?
por
si acaso lo cito, porque no quiero robar.
Y
amanece… culo con culo…,
espalda
con espalda…,
nada
pasó anoche,
esperaré
un poco más;
con
la cara sonriente, iré por un tinto caliente
una
sonrisa, ¡hola mi amor!..., ¿amaneciste bien?
si
amor, perfecto y lleno de energía,
alisto
maleta voy de paseo, te quedas juiciosa…
Y
para mis adentros: -¡qué tal el hifueputa!...
¡Tiene
la gracia de responder!...
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
enero 5/14
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