A
UN MAÑANA [77]
Música
de Edvard Grieg
Un
bosque añoro de traje esmeralda,
de
joyas amarillas virando al sol.
Con
rocas desnudas cual viejos amantes
arrodilladas,
sumisas,
esperando
un cantor.
¡Qué
zafiro azul el cielo!
Tantas
joyas imposibles de comprar
y
fáciles de vender…
¿Por
cuánto me vendes un trocito de ponto?
Quiero
una perla de nube blanca en un cofre,
y
un suspiro tuyo vendido en mi boca…
Viajan
ahora entre algodonosos trajes,
son
niñas perdidas en el espacio,
coquetas
nubes que se tornan grises
al
llegar la tarde…
Y
el ocaso marcha, con esos radiantes colores.
Oculta
el sol su belleza, danzando entre flores,
animando
los ojos a buscar una estrella
donde
las manos se toman,
y
los labios se encuentran.
Mañana
estaré perdida contigo…
En
ese pastizal donde navegan ovejas de lana
y
nadie las tocará, ni teñirá de púrpura su traje.
Espero
impaciente ese viaje…
¡Qué
nadie diga que busco la muerte en tus brazos!
Es
el mañana un llamado inseguro, pero existe un ahora,
el
precipicio acecha, se escucha un murmullo…
Son
los hondos suspiros del aire enojado
que
lanza los escombros muy lejos,
para
que el hombre desvíe la mirada
hacia
los bosques del cielo.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
noviembre 14/13
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